Después del arrollador éxito que ha tenido el iPod de Apple, muchas compañías se han lanzado en busca del famoso iPod Killer que vuelva a poner equilibrio en el mercado. Si bien el iPod también ha sido blanco de críticas -aplicación de DRMs en los mp3 descargados desde iTunes Music Store, flata de interoperatividad con sistemas operativos libres, etc- su influencia en el negocio de la música portable es imposible de obviar.

No podía quedarse atrás Microsoft y lanzó hace un par de meses el Zune, que prometía dar el golpe a la cátedra con la posibilidad única en el mercado de poder intercambiar archivos musicales a través de un módulo wi-fi.

Pero no todo fue como se mostraba en principio. Y el fracaso del aparatito ha sido una muestra de tendencias respecto de herramientas tecnológicas como las que siguen.

– El sistema de intercambios de archivos vía inalámbrica -uno de los potenciales del Zune- resulta que no era tan bueno. Cuando pases a MP3 el último CD de Sonic Youth que te compraste y quieras compartir esos archivos con otro amigo con Zune, perfecto. Las malas noticias son para tu amigo: a la tercera pasada de Incinerate, el mp3 se incinerará y desaparecerá del Zune del amigo. Tenemos transmisión inalámbrica, pero le metemos sistemas de protección anticopia a los archivos que tenemos. Sin preguntarle a nadie.

– Respecto de eso, al meterle sistemas de protección de derechos (DRM), se limita en forma severa lo que puedes hacer y no hacer con tu música. En definitiva sin preguntarte cosa alguna, limita sustantivamente y por código computacional lo que puedes y no hacer con los archivos. Esto implica que por ejemplo en el caso de archivos con música que esté el dominio público también se vea sujeta a las mismas limitaciones, no obstante que legítimamente podamos hacer prácticamente lo que queramos con ella. Donde la ley no nos controla, nos termina controlando el código.

– Lo anterior, supone que si te bajas el disco de Cansei de Ser Sexy desde su sello brasileño Trama, con licencia Creative Commons y quieres compartir con un amigo las canciones de los chicos, sus temas serán marcados con DRM: sólo podrá escucharlo durante tres días y se borrarán.

Como señalan en EFF, el Zune no reproducirá audio ni video en formato Windows Media comprado o rentado desde Napster 2.0, Rhapsody, Yahoo! Unlimited, Movielink, Cinemanow, ni cualquier otro sistema similar. Incluso ahora hasta resulta que no es compatible con el próximo sistema operativo de la misma compañía.

– Además, resulta que el famoso candado digital que provee Zune puede violentar las obras que se intercambien que estén licenciadas con alguna licencia con estándares abiertos que permita la reproducción como una Creative Commons. Esto significa que a la larga, no importa qué tipo de usos permita el autor sino lo relevante son los usos que la empresa permite o no.

Mirando los éxitos de iniciativas que se basan en trabajo colaborativo y alternativas abiertas, como emusic.com o el mismo WordPress donde está montada esta página web, parece ser que de a poco la realidad nos muestra que buscar una alternativa cerrada que no obstante las posibilidades de la tecnología la use para limitar el acceso y la utilización de música por parte de los usuarios/consumidores es una tendencia condenada al fracaso futuro.

Que así sea.