Me encontré con que la semana pasada el músico Mikhael Paskalev salió destacado en el destacado diario británico The Guardian. En octubre del 2009 hubo una noche noruega en Studio 2 en Liverpool y fui con mis compañeros sin ninguna expectativa más que nos gustaba el lugar.

Tocó un tema solista y luego con su banda Homestead: Jonas, Mikhael Paskalev y Merete. Quedé atónita. Era un country de melodías juguetonas, con tres voces al unísono llegando a tonos muy altos, guitarras y lapstill. Los versos de las canciones se escuchaban muy tranquilos, casi susurrando, para explotar en el coro. El medio oeste estaba aquí entre los citadinos ruidosos.

Me contacté con Chile para escribir sobre ellos y me contestaron “no te entusiasmes tanto”. La siguiente vez que los fui a ver en el mismo lugar les dije que no me había resultado la nota y que entonces los quería usar para mi trabajo de investigación. Así lo hice y me convertí en “the fly on the wall” tal como me pronosticó la cantante. Fui a sus ensayos al LIPA (Liverpool Institute of PermormanceArts) y claramente era una mosca escribiendo cerca de la pared.

Ensayaban en noruego. Tenían aspiraciones elevadas de cualquier joven de 21 años. Querían triunfar en Londres, en Nueva York, y consideraban que Noruega era una industria muy pequeña para ellos. Nos entendíamos bien en el que era nuestro idioma extranjero, comentando lo fantástico que era Skype y escuchando yo y tocando ellos canciones nostálgicas de un país de origen en que todo era acogedor. Liverpool era lluvioso y brutal.

Los acompañé al estudio del mismo instituto a grabar, y luego de un par de meses me anunciaron que se separaban. Iban a seguir tocando juntos como banda de apoyo para el otro. Al principio habían partido así, pero el proyecto común no resultó. Jonas quería volar alto, y tenía claro su foco tipo Dylan. Mikha era más rockero y Merete toda una cowgirl. Entregué el trabajo, fui a su tocata de despedida, me vine a Chile y ellos volvieron a Noruega.

A fines del 2011 Jonas sacó su primer disco y ha tenido mucha difusión en aquella industria vikinga. Ahora estará en el Hove Festival por esas tierras con Skrilex y XXs. Pero finalmente fue Mikha quien ha tenido el logro más alto, sin aún sacar disco siquiera. “No estoy preparado realmente para beneficiarme con mi propia música. No tenía material grabado, no tenía nombre o promoción”, me decía a principios del 2010 cuando se separó de la banda.

Y resulta que la semana pasada salió elegido en la sección semanal “Artista del Día” por The Guardian, donde destacan que su video para “I spy” –que solía tocar con Homestead y que puedes ver al final de este post- ha tenido más de un millón de visitas. Las segundas voces las hace Jonas y Merete, claro.

“Mikhael Paskalev suena oxidado y rústico pero de alguna forma no totalmente country o folk sino que pop. ¿Cómo lo hace?”, se pregunta el periodista Paul Lester. No lo sé, yo tampoco, pero en las fórmulas repetidas de sus referentes que se escuchan en “Jive babe”, Mikha es capaz de ir más allá proponiendo giros que hacen descansar del rock y sorprender a cualquiera. Tiene el gancho, tiene la voz y bueno, la pinta. Por estos días entonces, un ex integrante de Homestead está llegando a Londres, al menos a un diario importante de esa ciudad.