Ubicada en el límite entre las comunas de Santiago y Providencia, la casona ocupada por Ballantines Records es una anomalía de nuestra ciudad: además de las salas de ensayo y el estudio de grabación que ocupan los pisos superiores, el espacio cuenta con un escenario que, como pocos recintos en la capital, cuentan con un sonido decente. Que sí, que probablemente nada de esto sería posible si no estuviera una marca por detrás, pero ahí donde algunas marcas prefieren regalarle productos a un grupo de fashion bloggers, otras promueven a la cada vez más diversa y ecléctica escena musical nacional.

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NVAPicton – el proyecto que se presentó el pasado jueves – justamente se caracteriza por eso: en él confluyen el Rn’B más experimental, la electrónica de vanguardia y ciertas trazas de pop-funk, en un todo que, más allá de sus ambiciones, no pierde coherencia. En vivo, por supuesto, todas sus virtudes se realzan: hay más matices, la construcción de atmósferas es casi palpable, los bajos llenan la habitación y el público se atreve, con tímidos pasos de baile, a seguir el ritmo de sus canciones. Aunque tenue, esa esa efervescencia en el público la que define la propuesta de NVAPicton: se puede hacer bailar, sin dejar de lado las canciones; se puede hacer música de club, sin tomar al público por tonto.

El año 2013, cuando NVAPicton quedaron dentro de los 10 finalistas del concurso de Nuevos Sonidos de Super 45, mencionaban en su biografía que la suya era una carta de intenciones. Por suerte, no solo se quedaron en las buenas intenciones: entre esos tres breves demos que enviaron hace tres años y lo presentado la semana pasada, existe un océano de distancia.

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(Fotos por G.G. Puentes para Ballantines Records. Agradecimientos a Josefina Parodi)