No tan random es un playlist de 20 canciones creado semanalmente por Rodrigo Ferrari. Para recibirlo cada lunes en tu mail, tienes que inscribirte acá. Las hermosas gráficas son obras y arte de Francisca Alcalde y Tomás Dintrans.

Al principio, este playlist lo iba a comenzar una canción de un disco de Brian Wilson, pero durante la semana la lista mutó y terminé usando -juro que sin saberlo en ese momento- la canción que según su autor inspiró aquel disco. Sí. La primera canción dura 16 minutos y 30 segundos y en 7 años más, cumplirá la módica de un siglo. Date el tiempo.

El primer recuerdo que tengo de ella fue cuando tenía 5 años. Las Olimpiadas de 1984, entre muchas cosas especiales (un tipo volando en jetpack, el estreno de la “fanfarria” olímpica compuesta por John Williams, escuchar a Lionel Richie cantar “All night long” por casi 10 minutos) lo que más recuerdo era la imagen de 84 pianistas interpretando junto a la sinfónica de Los Angeles conducida por Williams, una versión adaptada de “Rhapsody in blue”, obra compuesta por George Gershwin en 1924.

Nunca se me olvidó. Varios años después la escuché musicalizando una de las mejores escenas de apertura en el cine. Amanecía en Nueva York y el despertar urbano se mezclaban con el clarinete de la filarmónica de NY, mientras entraba la voz de Woody Allen, interpretando a Ike, quien intentaba describir el carácter del protagonista y de la ciudad donde vive,tough and romantic, concluiría.

Si no vieron Manhattan (1979), quizás la escucharon en aquella otra escena donde Nick conoce a un tipo en medio de una fiesta, quien termina siendo The Great Gasby (2013) mientras explotan fuegos artificiales al son de la rapsodia. Al final la canción se ha transformado en parte del alma de EE.UU, un sort of musical kaleidoscope of America, of our vast melting pot, of our unduplicated national pep, of our metropolitan madness, como diría su autor.

Le comentaba a alguien el otro día, que dos de las destrezas humanas que más me emocionan es ver a atletas logrando cosas increíbles con sus cuerpos y la músicos ejecutando sus instrumentos. Pues un lindo ejercicio para entender por qué incluí esta canción en el playlist de esta semana, la emoción que provoca y de paso escuchar buena música, es ver en este video a la filarmónica de Nueva York interpretar bajo la conducción de Leonard Bernstein, quien también toca el piano, “Rhapsody in blue” en el Royal Albert Hall. Sonidos que uno piensa que solo podrían salir de una perfecta mezcla hecha con máquinas, está ejecutada por los dedos de gente de carne y hueso. Eso es lo que me provoca la música.

Espero les guste la selección de esta semana. Se reciben, como siempre, comentarios, anécdotas, reclamos y sugerencias. Me encuentran en Instagram, Facebook, Twitter y obviamente, en Spotify.

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