Segunda parte de la crónica que nuestro enviado realizó sobre la versión 2013 del Festival Primavera Sound en Barcelona.

Fotografía por Toni Rosado de Scanner FM.

El viernes primaveral suponía la variedad más absoluta en términos de estilos musicales y trayectorias. Por un lado había súper estrellas, consagrados, debutantes absolutos, incógnitas y bandas de moda. El variopinto de la parrilla de ese día indicaba que iban a ser muchos los kilómetros que habría que caminar y muchísimas las escaleras que iba a tener que subir y bajar, tratando de abarcar lo que es sin dudas inabarcable: un día del PS en el Fòrum.

Ya con la misión a cuestas de no desalentarme ante tal desafío, comenzamos por tratar de desentrañar la moda y el estilo de Django Django. El cuarteto escocés (¡¡qué cara de británicos de estos tipos por favor, impresionante!!) llegaba al escenario Heineken con la chapa de ser una de las bandas de moda, de esas que suenan en las radios hasta el cansancio y que por su talento y propuesta llaman la atención. Comparados con Beach House y hasta con Franz Ferdinand, lo cierto es que el grupo lleva a escena un pop bastante diferente del que habitualmente se acostumbra a encasillar este estilo musical, más difícil de digerir pero igual de receptivo. No podría decir: “¡qué increíble presentación!”, pero el éxito con que cuentan hoy sirvió para calentar una de las noches más frías que presentaba esta versión del festival.

El dicho dice que “la curiosidad mató al gato”. Fue esa misma curiosidad la que hizo que le echara un vistazo a Solange. ¿Quién rayos es Solange? Es la hermana de Beyoncé, quien no necesita más presentación que esa. De su paso por el festival no hay mucho que decir en verdad, más que su voz es la réplica casi calcada a la de su hermana, pero que le faltan muchos años y una billetera más que abultada para llegar a opacar la carrera de aquella.

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Tras el paso casi inadvertido de baby Knowles por Barcelona, y cuando la noche clamaba una cuota mayor de calor musical, aparecieron los hermanos Reid y The Jesus And Mary Chain para salvar una jornada que a esas alturas, transitaba aletargada en espera del inexorable show de Blur.

Visiblemente más viejos, obviando cualquier preocupación por lo estético y luciendo una cultivada ponchera, el líder de la banda escocesa junto con sus compadres, no tuvieron problemas en echarse rápidamente al bolsillo a los fans con “Shakedriver” seguido de “Head on”, suficiente para provocar y hacer lo que mejor saben: rescatar la nostalgia de los años dorados y hacer saltar a miles de adolescentes que incluso no habían nacido cuando ellos estaban en lo más alto de su carrera. “Just like honey” y “Reverence” sirvieron para terminar de rendirse ante ellos y desear que sigan tocando como lo hicieron esa noche.

Una pausa antes del plato fuerte fue la presentación de Daugther en el escenario Vice. La banda británica liderada por la tierna Elena Tonra quedó más que sorprendida con el éxito que tuvieron con los fans. La inglesa no sabía si reír o llorar de la emoción cuando la gente aplaudió a rabiar la apertura con “Winter”. Un indie folk bien melódico que con el mar como espectador, encantó y le puso varios puntos buenos a un grupo que en tan sólo dos años se ha hecho un espacio entre tanta súper estrella. Dedo para arriba para ellos.

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Lo que se venía por delante era un ciclón, un huracán. La guinda del postre no podía ser otra que Blur. La mesa estaba servida para la ocasión y Damon Albarn y los suyos lo sabían. En la previa estaba presente su paso por Coachella, que si bien fue descollante, dejaba en el aire la sensación de que estaban tocando por cumplir, sin incentivos. Bueno, todo eso se fue al tarro de la basura cuando Albarn y “Boys and girls” reventó el escenario Heineken. Parece que la brisa catalana y el fervor de miles de compatriotas ingleses en las primeras filas daban una cuota extra de energía a los británicos.

Sin tregua, temas como “There´s no other way”, “Beetlebum”, “End of century” fueron una batería inagotable para una banda que pese a pelearse y distanciarse por mucho tiempo, parecía disfrutar de lo que hacía. Si el mismo Damon Albarn parecía aquel chiquillo de la década de los 90s, moviéndose de un lado a otro, lanzándose al público, burlándose de las caras de enloquecidos de los fans y agudizando su voz hasta más no poder en canciones como “This is a low”.

Incluso “Under the westway”, una de las últimas canciones que ha sacado la banda, parecía como un gran hit. Aquella fue el aperitivo ideal para el gran remate que con “The universal” y “Song 2” despedía a los británicos tras una hora y media de intenso concierto. Pareciera que el cuarteto de Colchester goza de su presente; por lo menos así lo hacen sentir. Sin embargo, esperemos que todo eso no sea una careta que usan sólo para hacer caja con una gira que los espera en Chile para noviembre.

Revisa el reporte del día 1, aquí. Mañana seguimos con más Primavera Sound 2013.

Más fotos de Primavera Sound 2013 en la cuenta de flickr de Scanner FM.