El sábado 5 de marzo se realizó en Fundación Cultural de Providencia el festival Ruidosa, encuentro, conversatorio y musical en torno al feminismo y la mujer en la industria chilena.

Porque las cosas son desiguales entre un género y otro se han hecho foros, libros, festivales, programas y un sinfín de otras cosas dedicadas a las mujeres. Sobre todo si luego del festival Ruidosa, en LUN hay un artículo dedicado al evento que versa sobre los tatuajes y los peinados de las protagonistas y escriban feminismo entre comillas. La cultura es difícil en Chile, más lo es si está centrado en lo popular. Entonces imaginarse cómo es para una mujer dedicada a la industria musical independiente, suena a desafío mucho más complicado, pero se hace y se hace bien. De ahí se sostiene Ruidosa.

El primer panel Desde la música estuvo moderado por la organizadora de este encuentro, Francisca Valenzuela, y la acompañaban Javiera Mena, Denise Rosenthal y Camila Moreno. Más allá de reflexionar sobre el acoso callejero que tanto se ha tomado la agenda setting de redes sociales, y tímidamente en los medios de comunicación aparecieron varios prejuicios en la conversación. Que cómo mujeres no sabemos de cables, no sabemos de producción, no podemos ser las creativas de nuestra música, o no sabemos lo que queremos en nuestros discos, o lo que nos interesa expresar. Eso se da por sentado. Pero cuando somos seguras de nosotras mismas y damos a entender nuestros puntos de vista, somos mañosas, histéricas, y tal vez qué más. Javiera Mena decía que era considerada arrogante afirmar que su música era buena; Camila Moreno, que era “bruja” si sabía exactamente cómo quería que sonaran las canciones de su disco. Que lo único rescatable en los medios es que D-Niss saliera a bailar “la colita” para el lanzamiento de su disco Fiesta, luego de un largo trabajo de preparación. O que al final, todo hay que decirlo y hacerlo más veces que los hombres para llegar a la validación, y después de haberte tratado de poner a prueba para ver qué tanto sabías.

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Luego en Desde la industria, con las precisas preguntas de Marisol García, estaba Carolina Ozaus, una de las fundadoras del colectivo y festival FemFest, que ya está cumpliendo 12 años; Javiera Tapia, fundadora del blog feminista Es mi fiesta y editora periodística de POTQ; Carla Arias, directora del sello Quemasucabeza y de la agencia de booking Armónica; y Carmen Barahona, directiva del festival En Órbita, y fundadora de la agencia de booking, Doll Music. Discutieron que los hombres no se cuestionan sus privilegios, de que una se sienta intrusa en la industria que está creada por hombres para hombres; que se siga escribiendo de shows de artistas mujeres fijándose en sus piernas; o que deje de ser tema que sea una mujer quien presente una idea o un trabajo, antes que sus puntos de vista y verla más soñadora o ingenua. Por último, lo más clásico y en todos los ambientes laborales: que la maternidad sea importante en su profesión, y a diferencia de la paternidad en los hombres. Resulta agotador, pero se sigue. Un consejo para las que quieran estar en este mundo de la música independiente el mejor fue de Carla Arias: “hacer”.

Eso demostraron con creces en el escenario todas las invitadas a cantar: Fran Valenzuela con su pop tan amigable; Natisú, con una de las mejores voces de Chile y que se prepara estos días para debutar en SXSW; Paz Court, con toda su encanto, y también dueña de una voz impecable; Camila Moreno, en guitarra y cuatro venezolano, y sus canciones llenas de fuerza pertenecientes a Mala madre; Planta Carnívora a puro verso y actitud, demostrando ser una gran performer; Fakuta, dominando sus sintes, con letras fiesteras y pegajosas; hasta Marineros, que cerraron con un público que se coreó todos sus temas.

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Fotos: Ruidosa (Facebook)