Estuvimos en Nueva York para el retorno de los escenarios del proyecto musical sueco Fever Ray, en el marco del Red Bull Music Festival en la ciudad norteramericana. Un esperado retorno contado en cuatro movimientos.

Fotos: Red Bull Content Pool

1.

Alguien dice con una mezcla de sorpresa, conocimiento de lo dicho y humor blanco, que han pasado 10 años desde que Fever Ray estuvo en Nueva York. Lo dice como quien no sabe algo, pero lo sabe y es divertido saberlo sin que nadie más lo sepa. Sin pretensiones. Es solo un dato verdadero.

El nombre de Fever Ray es Karin Elisabeth Dreijer. Ella es una cantante sueca también conocida por ser parte del dúo The Knife junto a su hermano Olof.

2.

Fever ray viste una polera blanca que dice yo amo a las suecas, pero la palabra suecas está cruzada por dos tiras de cinta roja con pegamento por la parte de atrás. Viste zapatillas con punta roja y unas pierneras que parecen un corset y también una bota. Los shorts son blancos y el color alrededor de los ojos es negro o azul, al igual que el maquillaje de los labios. No hay pelo.

No hay pelucas.

Más adelante en el concierto, las mujeres en la banda programan unos tambores con sus baquetas o aparatos y, durante un momento, Fever Ray y las dos cantantes que la acompañan transforman el show en una fiesta de ritmos latinos.

El show es una performance. Se siente a Kate Bush y Marilyn Manson, pero también por el lado de Marilyn. Una hora después hay una incomoda y bonita canción acompañada de una orgía de toqueteos y guiños al público.

3.

El show sucede en un galpón gigante de Brooklyn. Es tan lejos que no existe una buena razón para ir.

Es uno de esos shows donde no puedes dejar de mirar. Donde un quiebre para ir por cigarros te obliga a enfocar entre las cortinas y la gente. Te obliga a preguntar a los otros fumadores pasivos si están viendo lo mismo que tú. Si ahora, que dejaron el cigarro y utilizan vaporizador, todavía ven el cuerpo gigante que está flotando por sobre el escenario.

Es una de las cantantes vistiendo un traje con alas de murciélago y girando hasta elevarse por un metro, dicen.

4.

Callie -que me acompaña- mira a la izquierda y ve a una chiquilla con una máscara amarilla que cubre toda su cara. La máscara está hecha con cordones de zapatillas. Callie a veces mira, pero no ve, entonces Michael le propone una foto. Tu y ella con el escenario de fondo, dice.

Callie acepta. La nueva amiga está más interesada en el show que en saber que el fotógrafo es famoso y que Callie ama una buena máscara. La joven probablemente se pregunta por qué hay tantas personas mirando esta situación.

Es un buen espectáculo. Hay alguien girando un metro por arriba del suelo gracias a unas alas de murciélago. Todo es gracias a la música experimental, oscura, alegre, electro análoga, inesperada.

Todo esto sucede unos 10 años después.