Vapourboat + Laetitia Sadier | Centro Cultural Amanda | 30.04.10 Rodolfo Garcíamayo 4, 2010Blog25 comentarios La velada comenzó temprano. Vapourboat hizo gala de un formato de grupo, con bajo, percusiones y guitarras eléctricas. En una cadencia de sicodelia y energía sónica, Nico Carcavilla dio cuenta de lo que venía advirtiendo desde que comenzó a grabar el segundo álbum de su proyecto musical. Lo suyo, ahora, sería más sucio y confuso. Con temas extensos y una buena dosis de improvisación y catarsis rítmica, Vapourboat alcanzó anoche estados de un rock primitivo y tribal. Al igual que otras bandas como Velvet Underground, las canciones parecen ser pequeños lapsos de armonía en medio de un magma creativo con límites muy difusos. Los que esperaban oír el formato de cantante y violonchelo que Carcavilla había expuesto en otras ocasiones, se encontraron con una posición bastante menos confortable y más desafiante. Esta faceta nueva complementa muy bien el folk de autor que venía ejecutando Vapourboat, trasladando la entidad hacia territorios inexplorados. Laetitia Sadier se presentó provista de una guitarra eléctrica de sonido muy puro y cristalino. Con un repertorio principalmente inédito (muestras de lo que será su disco The Trip) y sacado de su proyecto Monade, la ex-vocalista de Stereolab se centró en lo que ha sido su propio universo compositivo, omitiendo, como lo había advertido, cualquier canción de su banda junto a Tim Gane. Apoyada más que nada en su voz, que ejecutaba en majestad variando de tonos graves a agudos sin problema, Sadier lució temas similares a canciones de cuna que mecían a su audiencia, con influencias notorias de la bossa nova y de los territorios sinfónicos de Ennio Morricone. A 10 años de su paso junto a Stereolab, Laetitia expuso con elegancia su mundo personal, con bromas ocasionales y un desplante saludable. Si bien casi todos los temas estaban en inglés (la cantante se radicó en Londres), Sadier ofreció algunos en su idioma natal, el francés.