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Adem retoma clásicos del indie rock para su tercer disco como solista. En Takes (2008, Domino), lo que sorprende, más que el buen gusto del músico a la hora de pautear su álbum, es la apropiación que éste hace de los originales. Bjork, Tortoise y Aphex Twin son homenajeados en el particular estilo folk que el británico imprime a sus obras.

Tras su paso por el grupo de rock instrumental Fridge en su adolescencia en los años noventa (donde Adem Ilham comparte créditos con Kieran Hebden, alias Fourtet), el guitarrista se dedica a escribir canciones con su guitarra acústica, y edita dos hermosos álbumes para Domino: Homesongs (2004) y Love and Other Planets (2006), los que destacan en el panorama indie de las islas de Gran Bretaña. El multi-instrumentista aborda las melodías con espíritu lúdico y cálido, prueba de ello son sus shows en bibliotecas donde el público es invitado a participar con percusiones, pianos de juguete, xilófonos, dispersos a la manera en que juegan los niños con ellos en el jardín infantil.

Takes es una muestra de las melodías que marcaron su formación como oyente y lo influenciaron como intérprete y reflejan muy bien lo que se vivió en Europa desde 1990 en el ambiente independiente. Por ello, este disco resalta con un brillo auténtico frente a opciones más obvias como las que toman Nouvelle Vague y su revisión de unos opacos ochentas, y Cat Power con sus revivals de los setenta. Adem se interna en una época más reciente e interesante, con una búsqueda libre de sonidos y tendencias mucho más vitales para el oído de quien creció escuchando a estas mismas bandas con un cariño similar. Destacan la brillante interpretación del inédito “Starla” de Smashing Pumpkins, ese épico de 12 minutos de distorsión rítmica en trance que Ilham restituye con la misma pasión restándole la electricidad. El cover de Bedhead, banda subterránea, bella e influyente como pocas, es otro clásico ineludible.

Y es que la particularidad de los tributados es que todos ofrecieron perspectivas nuevas frente al agotado escenario musical del mainstream (llámese brit pop aburrido, hard rock grunge vacío o pop de utilería). Con texturas, métodos compositivos que se saltan las estructuras prefabricadas y una búsqueda sonora muy lejos de la FM, artistas como Aphex Twin, Tortoise, Deus y Low lograron nutrir la época dorada del indie con composiciones que fueron grandiosas antes de ser aplastadas por miles de clones y reduccionismos simplistas como post rock o IDM (personalmente nunca he preferido o encontrado buena una banda por la categoría a la cual se le remite, si no por la calidad de sus canciones). Se echa mucho de menos este espíritu donde, salvo gente como Morr Music, el nuevo ambient japonés o ruidistas como Wolf Eyes, encontramos un panorama independiente fashion y vacuo, amén de propuestas inmaduras y fáciles como Hot Chip, Cut Copy o lo que las radios adulto joven nos proponen como música alternativa, grupos desechables de una cultura basura de lo inmediato que en dos semanas no significarán nada, pero como canta Motorpsycho: “Está bien, seguirán siendo aquellos que tienen menos que decir quienes serán escuchados”. Se extrañan los cojones de hacer algo a sabiendas del riesgo, todo parece predigerido. Por eso Takes es un testimonio vital de aquellos héroes y se presenta como uno de los mejores discos del año.

No es revival lo que encontramos aquí, sino respeto y homenaje y un amor por las canciones, que pueden ser tan buenas que no importa el formato en que se interpreten, seguirán sonando bien igual. Prueba de ello es cantar el “To cure a weakling child” de Aphex con glockenspiels, o el maravilloso “Unravel” de Bjork con guitarra de palo o basarse en el mismo instrumentos para cubrir los devaneos ambient, folk y jazz del gigantesco “Gamera” de Tortoise. Low y Yo La Tengo forman parte de la nómina respectivamente con “Laser beam” -del clásico Things we lost in the fire (2001, Kranky) de los de Duluth- y “Tears are in your eyes” -del genial And then nothing turned itself inside-out (2000, Matador) de los de Hoboken. The Breeders está presente con una vieja gloria del Last Splash (1993, 4AD), “Invisible Man”, y los holandeses dEUS con su hit “Hotellounge”, del debut que causó conmoción doce años atrás en los círculos del viejo continente: Worst Case Scenario (1995, Island).

Con todo, Takes es un testimonio valioso de aquella época donde todo era desconocido y confidencial, donde Pitchfork y las descargas de internet no existían, por ende, todo pasaba en la tienda de discos, o en casas de amigos que mostraban sus tesoros recientemente descubiertos. Esa búsqueda permitía valorar lo hallado, frente a la corriente actual donde cualquiera se baja un disco para oír apenas 30 segundos y desecharlo. Adem logra restituir un tiempo dorado donde el ser primaba sobre el parecer.