Angel Olsen: My Woman (Jagjaguwar) Macarena Lavinseptiembre 22, 2016Discos0 Comentarios El primero Half way home (2012) fue acústico e increíblemente melancólico con una voz atormentada, profunda, y bien inspirada por el folk norteamericano, transformándola en la siguiente promesa del género. El segundo, Burn your fire for no witness (Jagjaguwar, 2012) en cambio, es absolutamente eléctrico con algunas excepciones, donde la personalidad de la Angel Olsen brilla como nunca y comienza su fama de rockera maldita desde alguna prensa. MY WOMAN es más diverso, pues aúna varias formas de hacer canciones con un reconocible sello personal: voz poderosa, cambiante, intensa, al mismo nivel de esas elusivas guitarras. Aún se muestra vulnerable, entregada, abierta, como si se estuviera cayendo a pedazos, pero levantándose como si nada pasara. Pura garra. El amor pareciera siempre escaparse, como si fuera algo inasible. Nuestro colaborador y conductor de Super45 radio, Claudio Ruiz, bien lo dijo aquí, que este es uno de los pocos discos en que las primeras tres canciones son excelentes. “Intern” es una joya repleta de sensibilidad con la ayuda de unos sintes adecuados que le dan solemnidad. En “Never be mine” entra la voz y guitarra al mismo tiempo con toda la fuerza que es posible imaginar; citando también esa curiosa, pero simple complejidad pop de los años 60s. Por último, “Shut up and Kiss me” -que tiene un estupendo video de patinaje amateur-, mantiene actitud de decir las cosas de frente como lo hizo en el disco anterior en “Hi- five”. Es ella quien lleva la iniciativa con un exquisito atrevimiento y con todas las credenciales para hacerlo. El disco no termina en esas tres, porque viene un puñado más de buenas canciones. “Sister”, por ejemplo, es una epopeya de 8 minutos, cuya intensidad va en emocionante aumento, que prepara al oyente para una explosión de un coro que no llega sino que hacia el final, pero ese suspenso en el camino es perfecto; y bien podría ser el resumen de este disco. Es en MY WOMAN donde Angel Olsen muestra toda su versatilidad compositiva, aún en búsqueda, todavía curiosa, pero con una seguridad enorme a la vez.