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Si existe algo esencial o natural en cada uno de nosotros debe ser el afán clasificador. En los ochenta, esta obsesión clasificadora nos trajo el manoseado world music, concepto tan amado por los franceses y por tipos como David Byrne, quienes han armado una industria en torno a la búsqueda de las más profundas raíces de la música occidental.

Como quiera que fuese, en su cuarto disco, primero en ANTI, Antibalas debe ser la versión actual de lo que hubiera armado el tremendo Fela Kuti después de una sobredosis de Chic Corea. Antibalas hace un disco que requiere atención y no resiste sólo una escucha. Trompetas, sintetizadores, varios saxofones, congas y baterías son los ingredientes que usan esta multitudinaria banda de Brooklyn para desatar una conjunción de sonidos extremadamente particulares que va desde el dub al bossa nova, con ingredientes varios que a más de alguno le han obligado a denominar afropunk.

Si bien con Security los de Brooklyn no pretenden reinventar el afrobeat, de la escucha del primer track ya es posible visualizar lo que se viene, una ensalada sonora que recoge el legado de Fela Kuti en términos estéticos y políticos, que se hace agradable al oído a pesar de la inclusión de dos temas que superan los diez minutos con violentos cambios de ritmo, y con la entrada y salida de la amistosa y potente voz de Amayo, quien se esfuerza en que el mensaje llegue directo tanto por el involuntario movimiento de tus pies siguiendo la percusión y el bajo, como por el contenido de sus letras. Quizás no es casual que este disco se deba a la producción de John McEntire, baterista de The Sea and the Cake y Tortoise.

Probablemente en vivo el disco gane una potencia inusual y poco común, pero Security en estudio explora además de la potencia, los tempos del free jazz y los ritmos afrobeat en un conjunto pocas veces visto. Este disco es, en definitiva, una agradable sorpresa e invita a seguir atentos a la evolución de grupos como este que, más allá de vetustas etiquetas, son capaces de armar discos amables y endemoniadamente atractivos.