¿Qué habría sido de Astro sin la existencia de MGMT? Probablemente, hubiesen pasado desapercibidos para la gran mayoría. Pero su existencia y la edición de este primer trabajo están tan condicionadas a la existencia del dúo brooklyniano –por sonido, por estética, por compartir imaginario– que más que levantar sospechas acerca de su originalidad, hay que aceptarlas como algo inherente al (ahora) cuarteto chileno.

En función de lo anterior, Le Disc De Astrou es consistente. No por aportar matices nuevos, sino porque el cuarteto ha sabido explotar a la perfección una fórmula que, además de cautivante, es efectiva: canciones pegajosas y con ciertos aires de grandiosidad (expansivas, diría Dave Fridmann) que son a veces bailables (“Hongo atomic”, “Raifilter”), algunas derechamente pop (“Ea dem”, “Maestro distorsión”) y otras que bien calzarían en cualquier banda de rock progresivo de los ’70 (“Mono tropical”, “Le golden ballon”).

Obviando las letras de la banda (volones místico-psicodélicos, por no decir pachamámicos), lo cierto es que Astro han hecho, sin mucho esfuerzo ni originalidad, un disco tan redondo y bien armado que, por muy poco, no resulta predecible.