Aparecido en 1983

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Primero es el ritmo nervioso, casi urgente, que delata la inminencia de lo por venir. Las líneas de bajo, complementadas con esas ráfagas de guitarra rebosantes de eco abren paso a LA voz. Esa que dice desde una tonalidad casi imposible: “The bats have left the bell tower/ The victims have been bled/ Red velvet lines the black box/ Bela Lugosi’s dead/ Undead undead undead???). Ellos son cuatro muchachos londinenses que en 1979, sin experiencia alguna en estudio, registran en vivo una suerte de jam de nueve minutos que llaman “Bela Lugosi’s dead??? y, de paso, le dan la imagen, el sentido y la banda sonora a un grupo de personas. No a una época específica. Porque el relato de este Bela Lugosi espantosamente glamoroso (no el viejito entrañable de Tim Burton, entiéndase) tiene la capacidad de regenerarse eternamente y ser disfrutado dentro de un abrigo negro en los ochentas, noventas e incluso el próximo sábado en alguna fiesta gótica. Benditos sean los que encuentran su estilo en su primer single, porque de ellos será el reino de los encasillamientos.

Esta suerte de contrato vitalicio generaba que cuatro años más tarde los integrantes de Bauhaus trataran por todos los medios de encontrar nuevos caminos, antes de una separación que se olía en su tenso ambiente. Transformados en una banda exitosa y de fans militantes, Peter Murphy, Daniel Ash, David J y Kevin Haskins probaban cada cierto rato que lo de ellos iba más allá de su establecida imagen pública (la hermosa balada “Spirit???, los ejercicios glam como “Telegram Sam??? o “Ziggy stardust???) sin lograr toda la credibilidad ansiada. En la quietud de sus ataúdes, reflexionaban sobre el plan adecuado, que tendría que ver con un single demoledor y una enfermedad providencial. Los nombres: “She’s in parties??? y neumonía. En ese orden.

¿Es posible que ese ritmo urgente se transforme cuatro años después en una base dub, complementada con un bajo hurtado de Jamaica? ¿Y es posible que eso se acompañe con las mismas guitarras saturadas de efectos de ataño y una melódica en el
momento apropiado? ¿Y que todo eso calce de manera perfecta con aquella voz y su mejor melodía? Sí, es posible, y fue el principio del fin para la banda, lo que se complementó con la enfermedad de Murphy, que dejó al resto de los integrantes con la posibilidad de experimentar en su ausencia las bondades de, justamente, su no presencia.

Transformados en una banda abierta estilísticamente, Burning from the inside plantea varios de los caminos que recorrerían los integrantes tanto en conjunto (Love and Rockets) como separados (las carreras solistas de David J y Daniel Ash, así como Tones on Tail, de este último). Si bien no se pierde el dramatismo inherente al sello del grupo (por ahí está “Kingdom coming??? y la interminable “Burning form the inside??? para recordarlo), las posibilidades ya atisbadas en The sky’s gone out (A&M, 1982) se concretan. Hay glam enfermizo en “Antonin Artaud??? y “Honeymoon croon???, una danza medieval en “King Volcano??? y una bonita pieza acústica para cerrar llamado “Hope???. Incluso el micrófono es ocupado de manera eficiente por J y Ash en dos de los mejores números del grupo: ‘Who killed Mr. Moonlight???? y “Spice of life???, respectivamente.

Frente a, lo que probablemente era, el mejor disco de la banda y con todos los integrantes deseando enterrar al grupo al lado del mismísimo Bela Lugosi, el cuarto álbum de Bauhaus se transformó en el último de su discografía oficial. Luego vendrían los proyectos ya referidos, así como la carrera solista de Peter Murphy, de gran éxito a principios de los ‘90s con un par de discos impecables. Con todo eso, la historia terminaba en 1983.

Ahora lea sobre el regreso de Bauhaus acá
Y una entrevista con su guitarrista, Daniel Ash, acá