Aparecido en marzo de 2008

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No ayuda en nada a eliminar los prejuicios. Pero en nada, realmente. Colgarse como un murciélago y envuelto en una capa negra comenzar un concierto con “Bela Lugosi’s dead??? es casi una postal de parque temático. O a lo mejor un señor en su cincuentena está riéndose de todo esto y disfruta (cabeza abajo, recordar) de su ocupación veraniega, reviviendo (que paradójico término) con sus ahora amigos su banda de antaño. Es 2005 y han pasado siete años de la primera reunión de Bauhaus para ofrecer unos memorables conciertos y despachar su mejor disco en vivo llamado Gotham (Metrópolis, 1999). Luego de la última nostalgia del siglo XX, cada uno a sus ocupaciones, las que interrumpe un llamado del festival Coachella y la renovada esperanza de que, ahora sí que sí, los egos se entierren (¿seguimos?) de una vez por todas. Todo eso lo piensa el tipo de la posición invertida en el escenario.

A los impecables conciertos de cuatro músicos afiatados y maduros, les sigue una gira con un Trent Reznor que no cabe en sí de emoción y la concreción del material que ya adelantaban en vivo. El resultado se llama Go away white (vieron que era broma lo del murciélago), se editó en marzo de este año y comprueba dos cosas: primero, la solvencia del cuarteto; segundo, la imposibilidad de convivir juntos en un mismo escenario y/o estudio de grabación. Antes de la edición del disco, la banda confirmó su adiós definitivo por “un incidente que nos hizo decidir que no queríamos seguir más como conjunto???. Los cuatro como unidad, porque Love and Rockets y Murphy, cada cual por su lado, han vuelto a tocar este año.

¿Cómo transforma el contexto este (nuevo) último disco de la banda? Probablemente agregando valoración a un trabajo que, siendo destacable, no alcanza el alto nivel de la discografía anterior del grupo, ni del fino resultado de sus componentes por separado. Go away white, más bien, es una revisión siglo XXI del sonido más estándar de la banda, de manera solvente, pero sin mayor riesgo. Tenemos páginas furiosas como “Endless summer of the dead??? o “International bullet proof talent???, los pasajes místicos de “Saved??? y “Zikir???, los ejercicios de estilo de “The dog’s a vapour??? y “Mirror remains??? y un pequeño hurto a Bowie en “Black stone heart???; en un total que recalca lo buenos músicos que son (no hay más sobregrabaciones que las requeridas en la voz multitrack de Peter Murphy), pero que adolece de cierta homogeneidad peligrosa.

Dentro del ejercicio de arbitrariedad que es comparar discos, decidimos colocar Go away white al lado de Burning from the inside (leer acá), al ser ambos “últimos discos??? de la misma banda. Si bien los dos están cortados por el mismo patrón de no nos podemos aguantar, pero no importa porque tenemos carreras por separado, en el disco de 1983 esa posibilidad todavía era una quimera sin comprobar, lo que condujo a un mejor resultado final. En 2008, la opción cierta de la vida por solitario (total son 25 años sin que el tipo colgado tenga que lidiar con el guitarrista de los lentes mosca y viceversa) baja la urgencia y aumenta la solvencia. Este es un buen disco, mejor que varios títulos de este año, pero nada que, efectivamente, reviva a los fans, ni menos a Bela Lugosi. Que tenemos que claro que no está muerto.

Ahora lea sobre el otro último disco de Bauhaus acá
Y una entrevista a su guitarrista, Daniel Ash, acá