Stereopathetic soulmanure es un testimonio de los inicios de Beck como músico. Recogiendo composiciones entre 1988 y 1993, lo que aparece en este disco dista mucho de ser considerado anecdótico. Si desde Mellow gold en adelante, Beck cristalizó en sus composiciones el alboroto post-moderno que surgió durante los 90s; su trabajo previo permite construir puentes entre el hardcore, el pop y el heavy metal, tal como lo haría el grunge. Aunque con resultados totalmente distintos.

Mientras el grunge se afirmaba casi por receta al “sonido” de los estilos mencionados, lo de Beck remitía a la “actitud” presente en ellos, rompiendo con todo. Así, y mientras revolvía en el cajón buscando viejos vinilos de soul, blues, trash-rock y rap, empezaba a trazar líneas sobre lo que vendría a lo largo de su carrera. Si la muy ruidosa “Pink noise (rock me Amadeus)” es el revés lo-fi y estridente de “E-pro” y “Thunder peel” recuerda desde sus primeros acordes a “Cold brains”; las melancólicas “Rowboat” y “Puttin it down”, podrían ser (malos) descartes de Sea change. Sin embargo, lo más interesante de esta compilación de demos, es percatar lo inquieto que era – y ha seguido siendo – Beck como músico: hay experimentos con el sampler, el ruido, la electrónica bailable, el rock & roll en su estado puro, el folk y un sin número de referencias que, sin coherencia per sé en este trabajo, sirven de marco teórico para su carrera posterior.

En sí, Stereopathetic soulmanure no es un gran disco, pero permite despejar dudas sobre los aparentes pasos en falso que se le han adjudicado al californiano. Bajo esa perspectiva: ¿son Guero y The information trabajos menores o apenas resabios de un espíritu ecléctico que aquí, en 25 inquietos temas, queda en evidencia?