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Un juicio: Calostro y el acomodarse a una rutina son conceptos opuestos. Una frase para confirmarlo: “Hay un lugar / donde no quiero estar / es mi casa??? (“Casa???). De lo anterior, otro juicio: su música y esa incomodidad de adaptarse al mundo común que es expresada en ella, causa simpatía con el oyente e incluso un cierto nivel de identificación lo que, ante tanta precariedad sonora – sobre la que se ahondará más adelante – dice mucho. Esta pequeña reflexión inicial surgió luego de escuchar durante un mes, en medio de paros universitarios, movilizaciones estudiantiles y mucho tiempo libre a solas, su enésimo trabajo Pequeñas partículas de polvo (las veo a contraluz) (Tristepena, 2008). El contexto de escucha, por tanto, debe ser considerado a lo largo de esta crítica.

La incontinencia creativa de Calostro es un hecho confirmado: en su -no lo llamemos disco- colección de canciones Una canción para no salir de casa (Tristepena, 2005) toda la grabación se hizo en un celular. La inmediatez por sobre la calidad, la sensación por sobre el talento. Partículas… no es la excepción a esta constante: 12 canciones en las que se escuchan desafinaciones, voces con un volumen irregular, letras que apenas se entienden de lo poco moduladas que están, personas tosiendo y todas las imperfecciones propias de una grabación casera apenas editada. Intencionales o no, estos errores físicos son reflejo de la fragilidad mental/emocional expresada en las letras. En “Demonios”, inquieta cuando canta “esta noche has preparado una cena / pero todos murieron antes de comerla??? , cosa que se repite en “Epitafio (Perdone Señora)???, donde narra un esquizofrénico (des)encuentro con una oscura persona cuya inocencia ha sido robada y desea volver a brillar.

Por suerte, más allá de lo oscuro y turbador que pueda llegar a sonar en esas canciones, hay momentos en que esa maraña sensible se abre camino hacia la claridad y, con ella, al amor. Esta claridad no es sólo lírica, sino también sonora, ya que aquí las letras se logran entender sin problemas y las bases – proporcionadas por un teclado Casio – dejan de ser monótonas y se aceleran, reafirmando la divergencia con los otros temas del disco. “Avenidas??? es una de estas canciones, en donde un ciudadano anónimo vaga por la ciudad esperando a su amor a quien espera diciéndole “sabes que estoy aquí / para ti???. Inmediatamente después en “Pescadito???, este brillo otorgado por los positivos sentimientos es aún más explícito (y hermoso): “todo el tiempo he esperado de más / lo que quiero ya lo tengo / porque estás aquí???.

Esta dualidad en las letras y el sonido del disco – claro/turbio, luminoso/oscuro, rápido/lento – le dan un cierto grado de inconsistencia a Partículas… lo que, sumado a una sensación de hastío que se proyecta en los últimos temas, consigue fastidiar la escucha. Sin embargo, y al contrario de lo que sucede con otros proyectos más producidos, menos naturales, más moldeados y sobrevalorados, en definitiva, con más – ejem – efectos espaciales, en Partículas… prima la transparencia y HONESTIDAD (con mayúsculas). Cuando uno se empieza a aburrir de tanta parafernalia premeditada, este trabajo de Calostro entra como una brisa fresca que motiva a quedarse en la casa componiendo canciones e imitar tanto descaro creativo. Sino lo creen, pregúntenle a un servidor qué se quedó haciendo el resto del mes con su guitarra nueva.

Pequeñas partículas de polvo se puede descargar desde este link.