Corrían los años ’90 y el baile era pan de cada día. El eurodance, un subgénero de la música electrónica nacido en el viejo continente, basado en mezclas pop, hip hop y una pizca de house, conquistaba los rincones del panorama nocturno. Con la llegada del nuevo milenio, la electrónica cobró otros matices para ocultar rasgos de sus antiguas raíces. Sin embargo, este año las reminiscencias de ese antiguo género volvieron a la pista para quedarse. Tras dos temporadas de silencio, Calvin Harris -el chico malo que en 2007 sorprendió con su primera producción I Created Disco– renació para sorprender con un trabajo que alcanza la profundidad del eurodance y que se codea con sonidos modernos como los habituales “bocinazos” del reggaetón y las guitarras acústicas.

Coros caracterizados por una frecuencia femenina, una voz masculina que se codea con el hip hop, el uso común de sucesiones de sílabas con significado como el “Yeah yeah yeah, la la la” y su clara cercanía con el pop hacen de Ready for the Weekend una esfera nostálgica que se pasea entre el pasado electrónico y el actual. Sin límite alguno, el disco conduce al oyente a un mundo repleto de movimiento, en una inclinación que supera las tendencias y las modas. Definitivamente, este joven escocés de 25 años es un maestro que retoma la pista de baile sin escrúpulos y, en buen chileno, tirando toda la carne a la parrilla.