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Finalmente Camera Obscura puede volar por sí solo. Ahora el sexteto escocés ya no se oculta bajo la sombra de sus compatriotas Belle & Sebastian. No es que destaquen con un sonido particular o hagan una experiencia sórdida capaz de romper esquemas, pero sí se trata de alcanzar un verdadero potencial de pop más alegre, rejuvenecido – dentro de ciertos parámetros – y explotando menos ese recurso tan manoseado de melancolía.

Let’s Get Out of This Country está construido para intentar escapar de todas las comparaciones que se hacen a su música dando ciertas luces de que el camino – incluso en su producción – es otro. Parece ser cierto o no, ese chamber pop lleno de arreglos no abusa tanto de guitarras acústicas perfectamente alineadas, ni de la sinfonía minimalista o de dulces composiciones que en ocasiones mermaban la exquisita voz de Tracyanne Campbell, la cual normalmente se mantenía detrás de una muralla donde musicalmente sonaban a Belle & Sebastian. El logro ahora es, sin duda, que el sexteto es un molde completo, una conjunción que llena espacios y da esperanzas de que la tarea se está cumpliendo.

Con su debut Biggest Blues Hi-Fi (Elefant, 2002) tenían esa evocadora línea de ritmos apacibles que, a pesar de lograr sus objetivos, no permiten trasformarse en un referente que se pueda definir como propio. Luego vino Underachievers Please Try Harder (Elefant, 2004), el cual seguía la misma línea que su antecesor: texturas emocionantes, aunque a esas alturas soñolientas, donde su guitarrista Stuart Murdoch pretendía mantenerse dentro de esas circunstancias. Para este nuevo trabajo, los héroes en influencias ya fueron otros; se incursiona en un lado más alegre de apreciables características. Canciones contagiosas, emotivas, de trazo fino, no apelando tanto a la melancolía y teniendo la identidad propia para lucir los buenos recursos por sí mismo.

‘Lloyd, i’m ready to be heartbroken’ de por sí es una canción vivaz y persuasiva, una invitación llena de brillo que te lleva hacia una luz de gran intensidad. ‘Tears for affairs’, de menor impacto con arreglos más ¿psicodélicos?. La hipnótica balada ‘Come back Margaret’ sedada por el melodrama, de teclados envolventes creando atmósferas de pop atemporal sin complejos. ‘Dory Previn’ que vuelve a las antiguas andanzas de privada melancolía, con guitarras salidas de música hawaiana. ‘Let’s get out of this country’ retoma la vivacidad del comienzo, con palpitantes ritmos que impregnan de buena vibra, al igual que ‘If looks could kill’. Cerrando el círculo, la esperanzadora y seductora ‘Razzle dazzle Rose’, un esbozo único que endulza este trabajo.

Una de las características de Let’s get out of this country es que no se trata de un disco continuo y parejo. De mayores variaciones que sus antecesores, es una vuelta de tuerca hacia el lado correcto con potentes intenciones para consolidar a Camera Obscura como una banda que sencillamente escapó de las aprensiones que limitaban su carrera.