turningdragon110.jpg
Desde Cris Clark (Warp, 2001), la maquinaria sombría y potente de este productor se ha dejado sentir como uno de los referentes importantes dentro de la intelligent dance music (IDM); alguien respetado por su talento e inteligencia a la hora de hacer exquisitas canciones. La baja de revoluciones en Body Riddle (Warp, 2006) hizo que esa búsqueda de la perfección lo separara de todas las odiosas comparaciones y en este disco se nota ese efecto, ya que nuevamente las complejas atmósferas y el dominio preciso del collage sonoro invaden sus canciones, como sí se tratase de un dictador de ritmos, capaz de dominar nuestra mente y las pistas de baile sin mayor esfuerzo.

Turning Dragon es el disco donde el inglés, de manera renovada y elegante, incluye ritmos fracturados, texturas rugosas, samplers aterradores, beats recalcitrantes y baterías que intentan seguir la melodía. Son temas que se debaten entre lo analógico y lo digital, quebrando las barreras, abstractas y a veces autistas, de la IDM, y acercándose a una vertiente más pop. Por eso, y a pesar de todo este juego aparatoso, Clark se las arregla para crear atmósferas oscuras y densas, sensuales e irresistibles, que amenazan y encandilan. Tan despampanante muestra de ingenio descoloca, con ese pozo de influencias tan variadas como exquisitas, desde el maestro en las bases demoledoras, Aphex Twin, hasta los atisbos de elegancia y sobriedad salidos de Autechre o Ellen Alien, pasando por el ambient majestuoso y mágico de Boards Of Canada.

Las canciones se complementan con pinceladas de hard, minimal techno y nu rave, pero a pesar de que no tienen un hilo conductor determinado, suelen ser frescas, vitales y coherentes, donde el británico trabaja como un verdadero orfebre creando piezas en teoría tan disímiles pero que exhiben una vitalidad descollante e intensa. El espiral de temas de esta producción es un puñetazo directo a los sentidos: “New Year Store??? y “Volcan Veins “ abren esa senda de brutalidad, disfuncionalidad y titubeos de dramáticos finales, ya escuchados definitivamente en “For Wolves Crew???, donde por fin aparece la exuberancia y se entiende todo ese proceso musical en la mente de Clark, apoyado siempre en esos repentinos contrastes, en los cuales los micro-ritmos al filo de la locura son manejados al dedillo. “Violenl??? es un ejemplo de elevado nivel que demuestra que aún por sus venas corre toda la sabia del techno inteligente, mientras que “Ache Of The North??? y “Mercy Sines??? mantienen una senda donde aparece el ambient misterioso, sinuoso, pero a la vez cautivador que no pierde el magnetismo mantenido a lo largo de todo este trabajo.

Turning Dragon no es el disco perfecto, pero sin duda que se acerca a serlo, porque estamos frente a uno de los productores con más futuro y talento que la electrónica actual nos puede dar. Clark espanta definitivamente esos fantasmas que lo comparaban con otros artistas del género y definitivamente sobrepasa magníficamente los límites que sus recursos le podían otorgar.