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Si, pastiche, pero ultra efectivo. El trío de chicas fashion toma la poderosa tradición de New Order y Human League para revitalizarla bajo la forma más contingente del electropop, haciéndose un espacio en la dura competencia por apoderarse de las pistas de baile codo a codo con Ladytron y Miss Kittin. Al igual que varias bandas electroclash, Client le inyectan glamour y femeneidad a lo que en los 80 los ex Joy Division hicieron con gran acierto. Pero las de Rótterdam no se quedan en eso y conforman una agrupación que no sólo es interesante por la apuesta musical, sino por la estética que cultivan con severa pulcritud. Kate Holmes y Sarah Blackwood, músicas de profesión, forman la banda con Emily Mann, ganadora del reality show británico “Make Me A Supermodel”, comenzando así la historia de un trío que, aunque se quiera superficial, en la práctica demuestran densidades sonoras muy interesantes y difíciles de encontrar en glamourosos ejemplos de la competencia.

Por ello, este ejercicio electro pop con sabor a new wave no es facilista. Se percibe en Heartland una verdadera búsqueda en la creación de atmósferas, apostando por un pop elegante y envolvente. Estamos en presencia de temas largos, con ritmos poco condescendientes; el disco termina por estacionarse lejos de lo que llamaríamos pop comercial o mainstream de fácil digestión. Client se muestra como una banda que, aún enmascarándose en la onda electrónica que en Alemania las volvió tan populares, intenta sumergirse en programaciones más profundas colindando en varias ocasiones con el electrodark, que por momentos está más cerca de Blutengel, Black heaven o los últimos Theatre of Tragedy que de los livianos juegos sintetizados de girlbands, que hoy abundan por montones.

Por ello, la producción sonora es la piedra angular en Client, una densidad elaborada que estructura y da grosor a los temas. Acá lo importante no son las voces semi-cibernéticas ni tampoco las líneas melódicas que dan sustento a la música de las inglesas, sino los ritmos explorados y trabajados de una manera muy sofisticada. Si no se entra en el juego por este lado, es difícil poder aprehender el tercer disco de la banda y terminar tarareando algún tema del repertorio; es un objeto que se quiere frío y poco pegajoso, aún cuando temas radiales como ‘Drive’ quieran hacer ver a Client como la última volada europea de electropop desechable. Tras estos tres vestidos Channel retrochic hay más que un simple juego de música bubblegum.