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El disco que volvió a forma al cuarteto de Liverpool, después de su deleznable experimento Winchester Cathedral (2004), llega con un aire un poco repetitivo y desigual. Lejos de ser un disco redondo, Visitations muestra estados de ánimo disímiles, pinceladas en el estilo correcto, con ese sello característico de Clinic pero que no logran igualar el equilibro de sus dos primeros álbumes (Internal Wrangler, del 2000, y Walking With Thee, del 2002).

Primero las buenas noticias. ‘Tusk’ es una canción alegre, espontánea, que incluso recuerda al sonido de Sons & Daughters. ‘Harvest (within you)’ también parece rescatable, con su comienzo que evoca a la pegajosa ‘The second line’ (perteneciente al elogiado Internal Wrangler), sin embargo Ade Blackburn la canta como una condena, como si no lo disfrutara en absoluto. Una atmósfera distendida y grácil ofrece ‘Paradise’, una pausa antes de subir el ritmo con ‘Children of Kelogg’, que tampoco es un desperdicio total. Luego, ‘Jigsaw man’ salva por los detallitos como la percusión con ese seco acústico y el teclado agudo.

Con poca fe se escucha ‘Family’, el primer track del álbum, que más parece un desabrido recocido de ideas. El punto más bajo de la placa es la escuálida ‘Human/Animal’, de asombrosa pobreza instrumental.

Al final, el problema con Visitations es que no tiene ninguna canción recordable. Hace falta un beat o un corillo como aquellos de sus mejores tiempos. Claro que con esto de la vuelta a forma tal vez tengamos en el futuro una revancha para Clinic.