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Este disco es un tajo a la cara y a los oídos. En términos suaves puede ser descrito como un impacto, pero para qué tanta sutileza: el primer disco de Cómo Asesinar a Felipes (CAF) es un puñete, una patá en la cara. Grabado en una jornada única y con un sonido mezclado y enlazado a la usanza de una película gangsteril, este álbum recorre un concepto que los integrantes de la banda han declarado una y otra vez en sus conversaciones con la prensa: matar la música bonita, asesinar prejuicios y hablar con palabras duras del entorno que los hace pensar. Sus cinco integrantes aman el rap, la música negra y por sobre todo, los instrumentos. Pero sólo un temerario podría acercarse a este disco buscando la mera mezcla entre los colores del jazz y una voz en rimas. Literalmente, esa persona no sabe con la chichita que se está curando.

Cómo Asesinar a Felipes tiene todos los condimentos para ser una considerada una banda rara y, al mismo tiempo, atractiva. Son raperos, pero también instrumentistas. Antes que la actitud, el sonido es lo primero. Cada canción fomenta una nueva manera de acercarse al hip hop y, a partir del jazz, tocar piezas callejeras y oscuras. Su segundo elemento distintivo son las letras, a cargo de su líder, Koala Contreras, cuya llegada al grupo no está desprovista de anécdotas: Felipe Salas, amante de la música de FDA y baterista en CAF, entregó a Contreras una serie de demos a partir de los cuales el vocalista inventó un personaje, Simón Temato, para sumar líricas urgentes sobre vida y muerte. Basta escuchar la primera canción para entender que si te unes a la operación de CAF ya no saldrás más. “Ven a nuestro baile, esta música nos mata???, invita Contreras en “Nada más, nada menos???, mientras el piano de Marcos Mesa y la tornamesa a cargo de DJ Spacio dan pie a la batería de Salas y al bajo de Sebastián Muñoz.

El resto del disco sigue sumando palabras e imágenes que hablan de asesinatos, sangre y muertos. En ese nivel, el trabajo de Koala Contreras es mayúsculo. No sólo por tratarse de un disco alegórico, sino porque el rap cae en figuras reiteradas sobre un contexto de malestar y amargura: en CAF las metáforas están en su justo nivel y obligan a quien esté escuchando a releer las canciones y los sonidos.

Dentro de las once piezas del disco, el tema “En el Jardín??? es la mejor síntesis de su leit motiv. Los instrumentos dan vida a una sensual base retocada por los efectos electrónicos del DJ, mientras que la voz nos cuenta una macabra historia a través de imágenes de la infancia: “Ahí estaba yo, presenciando el acto más insólito / inocencia infantil, atrapar bichos y partir / obligarse a combatir, torturar al ganador hasta morir / su hogar destruir, simplemente por estar ahí???. Casi al final del disco, no hay otra imagen más obvia para comprender el camino que busca y encuentra Koala Contreras para hablar sobre vida y muerte.

Siguiendo la línea de los últimos estrenos que enlazan a Dilema Industria con Potoco Discos u otras plataformas para raperos locales, el disco de Cómo Asesinar a Felipes se inscribe como una bellísima pieza musical y lírica (casi única en su generación) en cuyo interior se enlazan los instrumentos como balazos a sangre fría. Cuidado lectores, este disco mata.