Tomando la baja fidelidad, la distorsión y el feedback como puntos de partida, Crystal Stilts -banda neoyorkina iniciada a fines del 2003 por B Townsend (guitarra), Brad Hargett (voz), Andy Adler (bajo) y Frankie Rose (batería)- recién comienza a tener mayor notoriedad gracias su EP homónimo, lanzado a principios del 2008, y su tremendo debut Aligth of Night, que los forma con prestancia junto a la horda de nuevas bandas emocionadas con el lo-fi, como Vivian Girls, Cause CO-motion!, No Age o Times New Viking.

Con un sonido que evoca un pasado estruendoso, tanto por el filo de la guitarra -que remite a los comienzos de The Jesus & Mary Chain y el C86- como por el carácter primitivo de los ritmos profundos y simples -tocados por una baterista que lo hace de pie- Crystal Stilts logran construir melodías pop sin ningún complejo, que dan paso a las atmósferas setenteras provenientes de su teclado.

En Aligth of Night, los norteamericanos se entregan por completo a un sonido oscuro que no reniega en lo más mínimo su declarado gusto por los hermanos Reid, ni tampoco oculta la cercanía vocal de Brad Hargett con Ian Curtis. Y si bien la oscuridad de Crystal Stilts es contundente, las melodías se expresan de un modo mucho más cercano al pop, como dejan en claro con “The Dazzled” o “SinKing”, donde la voz construye melodías dulces mezcladas con una sicodelia camuflada entre el blanco y negro de saturaciones y ruido. En “Shatered Shane” llevan el lo-fi a sus comienzos, con el uso de las texturas que otorga el delay y con un claro dejo a The Velvet Underground en las percusiones suaves y la guitarra desprovista de arreglos. También lo hacen en la homónima “Crystal Stilts???, aunque con una mayor cantidad de matices que los acerca a la psicodelia de The Seeds, con menos agresividad.

Esa es quizás una de la principales virtudes de Crystal Stilts: El hacer canciones desacomplejadas y transparentes, donde no intentan ocultar ni influencias ni preferencias por la saturación de la guitarra o el eco la voz que parece estar grabada en los alcantarillados del Brooklyn. Con todo esto, no es un grupo que venga mostrar algo nuevo, ni a reinventar un sonido ni tampoco a hacer historia. Es simplemente una banda honesta que gusta del ruido y que se vale de él para dar saturación a una escena nueva que parece cada vez mejor intencionada.

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