Cut Copy lo dejó todo en la pista de baile. Entre una bola disco y el humo del cigarro, In Ghost Colours, el segundo disco de esta banda de Melbourne, es una entrega total. De esas que dejan con las pantorillas adoloridas y con la sensación -como cantan en “Hearts of fire???- de que hay algo en el aire que puede cambiarte la vida.

Virtuosos del dance, Cut Copy basa su disco en la habilidad de de crear himnos con beats (Fundamentos de New Order para Bandas Electrónicas), cosa que vimos en este año repetirse en otros bailarines melodiosos como Hot Chip o Hercules and Love Affair. Lo que distingue a estos australianos amigos de Franz Ferdinand es el efecto liviano que lograr trasmitir a sus piezas pop, a pesar de ser canciones extremas en su brillo de luces y buscadoras del golpe de efecto mortal.

Porque no se engañen con lo fácil que se escuchan, estas son canciones capaces de parar la respiración, tal como lo hacen tras el juego de reprises de “Out there in the ice??? donde lanzan un coro como una cachetada de historia de amor trágico: “Si eso lo que se requiere / entonces no dejes que no separe / aunque te rompa el corazón.??? Tremendos, Cut Copy apuntan directo a esa sensación tan agradablemente trasnochada: la posibilidad de que las cosas pueden y van cambiar y que pueden hacerlo en tres minutos. En una fiesta cruzada por lásers. Al ritmo del single estrella que fue “Lights and Music???.

Optimistas en su sensibilidad kitsch, Cut Copy combina oficio y contagia de un entusiasmo de amanecida, al que agregan momentos elegantemente resacosos (“Strangers in the wind???) que modulan el disco entre un arrebato de pop extremo y un relajo a lo Fujiya & Miyagi. Habilosos, logran hacerlo cuajar y terminan sacando un disco que está entre las mejores trasnochadas del año.

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