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Probablemente muchos de los que lean esto tendrán en sus casas una figura minúscula de un elefante con rostro humano, de esas típicas que siempre hay en medio de tanto cachureo. Si no tienen una, quizá la han visto en alguna revista o Icarito. Según la mitología hindú esa figura es Ganesha, dios de la sabiduría, aquel que representa la comunión perfecta entre el hombre y el entorno. Quienes sí están al tanto de la historia son Bame (Pedro Gajardo) y Ser.25 (Juan Pablo Lagos), las dos voces detrás de Elefante Mecánico. Ellos eligieron a Ganesha como la imagen que da vida e inspiración a la banda. El resultado es puro rap a colores en su primer disco, Memorias de un Elefante.

Reunidos por motivos dispares con DJ Antioch (Daniel Acuña) y Negro Jona (Jonathan Burgos), este cuarteto acaba de dar a luz un debut impecable. Quien escribe detesta eso de “dar a luz??? como analogía de parir, pero aquí la metáfora calza perfecto. Con este debut, Elefante Mecánico entrega luminosidad al rap local, moviendo las rimas y las perillas al sector más luminoso del estilo. Estos muchachos traen la vitamina y lo saben (de hecho lo cantan en “Cápsula Alucinógena???, cuarto track del disco y uno de lo más notables viajes sónicos del álbum).

En este abanico de buenas canciones también brillan “Play Geoslide??? y “No te enamores???, dos temas que podrían estar sonando en cualquier emisora local. En producción, sonido y utilización de recursos son las cumbres del disco y pueden dejar satisfecho a los seguidores más inquietos y cercanos a la música negra. Pero siguen las canciones y Elefante Mecánico tiene mucho que decir y enseñar. Ahí están “Se busca??? o “Eso se verá???, temas que presentan a un dúo de potentes MCs, que tienen un claro don para las rimas, pero que ocupan las palabras para cantar al presente. La vida es abundante y lo saben, lo proclaman en “Vivir la vida??? o recurriendo a la melancolía en “Tiempo en espera???, track en el quiebran la tradición de quejas que ronda el rap chileno, para por un momento detenerse y dar gracias al universo. “Por qué será que aprecio el verde y no el cemento/nos damos cuenta que lo oscuro es para gente que vive allá/al otro lado del muro” canta Bame en “Bienvenidos terrícolas???, dejando en claro que no hay lamentos en este disco. Muy en la onda del Dos de Gen, pero desde un lugar más coloreado.

Al final son estas canciones y la dicha que quieren transmitir en cada minuto del disco lo que transforma a Memorias de un elefante en el gran primer paso de estos jóvenes músicos. Se nota que no hay muchas aspiraciones rupturistas. El álbum es corto, sencillo, fácil de escuchar, pero abundan las señales para creer que las rimas chilenas gozarán de buena salud si siguen las huellas que está dejando Elefante Mecánico.