elvis_perkins.jpg

Es cierto, Ash Wednesday es otro disco de corazones rotos y acústica emocional, pero Elvis Perkins parece saber que, después de todo, corazones rotos y palabras en el aire son todo lo que queda. Este primer trabajo se adhiere a la piel con una facilidad tremenda y, a pesar de no ser un objeto rotundo ni el mejor debut del año, resulta ejemplar y suficiente.

Como Jeff Mangum (Neutral Milk Hotel) o Eef Barzelay (Clem Snide), la voz de Perkins transmite una cercanía casi peligrosa y las once canciones que componen esta placa suenan tan clásicas e inmediatas que resulta imposible no caer rendido ante ellas. Perkins, sigue el camino de los grandes cantautores americanos y entre comparaciones con Dylan y Leonard Cohen, se desmarca con un disco emocionante y soberbio donde nada es nuevo, pero sí diferente. Este es su reflejo y Perkins se revela como un personaje con muchas cosas que decir y desnudar, pero con el talento suficiente para convertir la miseria en belleza. Porque, a pesar del tono confesional y triste, este disco es ejemplo de que de cuando en cuando aparecen tipos con la suficiente sensibilidad para no caer en el juego de volverse víctima de sus propios tópicos.

Ash Wednesday, descansa en una plácida matriz folk que logra -con percusiones, guitarras, contrabajos, acordeones, trompetas y coros que parecen multitudes- subrayar e inyectar belleza hasta en los rincones menos iluminados de un álbum evocador y personal. ‘While you were sleeping’ y ‘Without love’ en contraste con la ingravidez de canciones como ‘It’s a sad world after all’ y ‘Good friday’ demuestran la versatilidad y el talento compositivo de Perkins y sirven, además, como directrices de un proyecto ambicioso y absolutamente destacable a pesar de sus propias limitaciones. Ash Wednesday no es un trabajo redondo, pero es justo allí donde triunfa, porque este disco transpira inmediatez y también aire de nuevo clásico. Juventud y pasión, con todos los pros y los contras que eso implica. Aquí hay mucho talento y aún más potencial. Un muy buen comienzo.