Compuesto antes de entrar al estudio y grabado de forma atípica en comparación a sus antecesores, Take care, Take care, Take care es a la fecha, el trabajo más sorprendente y arriesgado de Explosions in the Sky, donde ya no se siguen los mismos patrones al trasladar directamente el sonido desde sus cabezas al disco (sin preocuparse en si se pueden tocar o no en vivo), se incorporan nuevos elementos y lo que no es un hecho menor, incursionan en la producción audiovisual con la edición del primer videoclip de la banda en doce años.

Y es que después de una pausa de cuatro años, los texanos regresan con un disco que por un lado los reafirma como una de las bandas más imponentes del post-rock, y por otra parte los enfrenta a desafíos como la insólita popularidad que los llevó a encabezar la lista de los más vendidos de la revista Billboard, presentarse en el Radio City Music Hall, además de lidiar con las reacias críticas de los fans más ortodoxos.

Porque a pesar de que varias canciones del disco tienen efectos que no parecen salidos de las guitarras de Mark Smith y Muyaf  Rayani, con profundas capas, acordes y zumbidos que ayudan a llenar a máximo volumen los crescendos de las composiciones, en este álbum no hay espacio para los sintetizadores, sino para las distorsiones, aplausos e incluso voces (tranquilos, son simples “oh oh oh´s” que de todos modos significan un gran paso para una banda, que en más de una década nunca integró una sola voz en sus canciones).

Confluye armónicamente lo instrumental y el rock, lo experimental y las melodías cinemáticas (“Be comfortable creature y “Last know surroundings”), se generan atmósferas que pasan de la sensibilidad y la sutileza, al efecto casi hipnótico, catártico y distorsivo (“Human qualities”); que se rompe en “Trembling hands”, donde por primera y única vez las voces pasan a ser un instrumento más dentro de una imagen narrativa, cuyos intensos climas sonoros transitan progresivamente de la parsimonia al absoluto caos, en una paleta sonora que nos prepara para la llegada de una explosión masiva destructiva: “Postcard from 1952”, que apacigua en un cierre que se asemeja a esas grandes obras de arte, que son las que cautivan tu sensibilidad desde lo más profundo, como ocurre en “Let me back in”

Por eso creo apropiado terminar esta crítica con el mismo epígrafe usado once años atrás por The American Analong Set, para describir un demo de Explosions in The Sky para el sello Temporary Residence Limited: “This totally fucking destroys”.

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