Explosions in The Sky – All of a Sudden I Miss Everyone (Temporary Residence) Rodrigo Salinasmarzo 2, 2007Discos10 comentarios La fórmula sigue funcionando. Si bien el post rock epopéyico y catastrófico -que también practican Mono o Godspeed You Black Emperor- puede que no consiga hoy en día un gran número de nuevos adeptos, sí sigue manteniendo a los fieles seguidores de antaño. Y es que los recursos siguen siendo igual de efectivos cuando se ocupan con capacidad. Lo que no se gana en originalidad, se logra en tradición y estilo. Y eso lo tiene este grupo de tejanos, que se han ganado el respeto y una emblemática posición dentro de la escena. All of a Sudden I Miss Everyone es la cuarta entrega que hacen, compuesta de seis piezas que recurren, según lo sugieren los títulos, a tópicos característicos como son la muerte, la soledad, la tragedia o el miedo. Claro, podría pensarse que es lo mismo que hacen las bandas metaleras históricamente, pero a diferencia de ellas no son las letras de los temas, sino la composición instrumental la que representa e insinúa. Una imagen sonora que comprende tanto más que descripciones e historias. Pero la idea no es crear debate entre metal y post rock. Lo que importa ahora es contar por qué este nuevo trabajo vale la pena. Y realmente la vale porque empieza a enganchar lentamente en base a esa sensación de angustia y redención implicita en interpretaciones que se fortalecen a medida que avanza el disco. Estremecen cuando agudizan la ejecución y encumbran al auditor en colinas sobre las llanuras que muestran desde lo sublime a la miseria de la autodestrucción. En comparación a anteriores trabajos, no se presentan tan estridentes y furiosos, pero la potencia va por el lado evocativo y en la capacidad de modelar con sonidos menos perceptibles formas que van aumentando con la incorporación de redobles y cuerdas. Vale mencionar además, que paralelamente se edita con una edición de lujo que incluye en un segundo disco los remixes hechos por Jesu, Adem, The Paper Chase, Mountains, Four Tet y Eluvium. Cuarta columna de un templo sonoro que se solidifica en el tiempo. Cuatro obras que mantienen una misma estructura con algunos decorados más y otros menos, pero que guarda en su interior una serie de composiciones con clase y temple.