La crítica especializada no ha tenido clemencia con el último trabajo de Fischerspooner: los acusan de haber lanzado un disco apenas mediocre y la eterna comparación con esa máquina de hits llamada Odyssey (05) nunca será demasiado favorable. El principal reparo apunta a que sus letras olvidan el ingenio al que nos tenía acostumbrados la dupla neoyorquina. Pero, más allá de ese detalle, su tercer disco de estudio esconde sabrosos pasajes musicales que impiden condenarlo al olvido tan rápido.

Para Entertainment, Fischerspooner optó por probar nuevas fórmulas sin la premura del tiempo. Dos años después de cesar su contrato con Capitol, Warren y Casey dieron forma a este nuevo disco editado a través de su propio sello y con la colaboración especial de Jeff Saltzman (The Killers) en la producción. ¿El resultado? Un album que funciona y avanza como una unidad sin sobresaltos, donde inconscientemente se extraña la presencia de un hit infalible como “Never win”.

Fuera de eso, es difícil no dejarse seducir por la nostalgia con que construyen sus bases, donde siempre podemos apreciar sus influencias (desde Kraftwerk al Depeche Mode más prematuro). Y su ingenio aparece en la forma de tratar las voces y la percusión en “Amuse bouche”, en la apertura de “The best revenge” y la estructura más suave del cierre de “To the moon”. Aunque Entertainment no llegue a calificar entre los discos del año, de seguro se quedará en tu reproductor por más de una semana.

MP3: Fischerspooner – “Supply & Demand”

VIMEO: Fischerspooner – “We are electric”
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