Esta es una época de retrospecciones. Nos acostumbramos a los análisis exhaustivos de los cambios, reinvenciones y resurgimientos que esta década nos ha traído en materia musical. Hablamos de la influencia de bandas como Panda Bear, Radiohead, Sufjan Stevens y Arcade Fire, pero en algo estamos errando: no reparar en el futuro. La nueva década que se avecina, a pesar de ser una división numérica de nuestro calendario, debe marcar algún cambio en el complejo escenario musical.

Esas sutilezas a veces no son notorias, pero este año ha venido marcado por ciertas corrientes que llevaron la música un paso por delante de lo conocido. Discos como Merryweather Post Pavillion de Animal Collective y Veckatimest de Grizzly Bear son muestras inequívocas de las virtudes de mentes inquietas que se han atrevido a delinear nuevos patrones. Bajo ese mismo contexto y proyección se puede delimitar el nuevo trabajo de los ingleses Fuck Buttons.

A poco más de un año de su bien recibido primer disco, Street Horrrsing, este dúo inglés plantea un nuevo horizonte en su música. Si bien la arquitectura de su inventiva está altamente ligada a su debut, existen detalles que muestran cierta tendencia hacia la exploración musical y genera ciertos espacios de amplitud. Tarot Sport se expresa bajo un diseño más simple y menos pretencioso. Los sonidos siguen siendo saturadores y envolventes, la máquina de sintetizadores predominan el ambiente e inundan los oídos bajo un bizarro pero melódico concepto musical.

El disco, conformado por 7 composiciones, se puede dividir en tres piezas fundamentales, las cuales representan un estado de ánimo totalmente distinto, pero que encaja a la perfección en la medida que los sonidos lineales y repetitivos se mueven y convergen hacia el siguiente estado. “Surf solar” se convierte en la introducción perfecta de una máquina que recuerda un el inicio de un tormentoso viaje espacial. El tema posee bases tan armoniosas como perturbadoras y recoge emociones que pueden llevar a una catarsis colectiva.

El punto de partida es demasiado elevado y teóricamente es difícil de mantener la esencia con el paso de los minutos, pero el trance industrial de “Rough steez” es tan efectivo que acondiciona perfectamente el estado grandilocuente de los indivisibles “The lisbon maru” y “Olympians” que suenan a continuación. “Olympians” condiciona al auditor a presenciar el clímax de una obra sublime, épica e irrepetible, que acelera con una deliberada exactitud. “Flight of the feathered serpent” es el epílogo perfecto del disco, que bajo el efecto contundente de unas percusiones tribales se sumerge en las virtudes de sus antecesores para transformar el disco en una celebración a la vida en las cuales todos están invitados a compartir y, por qué no, bailar.

Tarot Sport se convierte en una pieza fundamental del ruido de nuestros tiempos. Una enseñanza de cómo confabular las piezas para entregar emociones constantes bajo argumentos simples, certeros y a la vez perturbadores. Si Tortoise fue capaz de crear una referencia antagónica e inteligente en la música en los ’90, Fuck Buttons nos está invitando a un futuro tanto más prometedor. En 10 años más de seguro se estará hablando de esto.

MP3: Fuck Buttons – “Flight of the feathered serpent”

VIDEO: Fuck Buttons – “Surf solar”
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