guther.jpg

Estos tres años que han pasado desde su tímido debut, I Know You Know (Morr Music, 2003), han significado un romance oculto para los alemanes Julia Guther y Berend Intelmann, la pareja creativa de Guther. Ansiosos por escuchar más de aquellas sugerentes canciones con que nos encantaron en los comienzos, prendados de su intimista acercamiento a las melodías de alcoba y, sobre todo, engatusados por su tierna y natural melancolía, sólo cabía esperar que la magia se mantuviese en su próxima entrega. Sundet es la respuesta que esperábamos. Es la confirmación de un romance empalagoso, y como en todas las relaciones que se fortalecen en el tiempo, multiplicado al mil por ciento en sus aristas cariñosas.

Este disco, como el Separate Chambers, de Contriva (Morr Music, 2006), dejan en evidencia que Morr Music puede renovarse, traslapando la indietronica más clásica, como la de Lali Puna, a un nuevo formato más instrumental, más de banda, que recién está dando deliciosos frutos. Lo que antes sólo era una voz entrecortada, guitarras de acordes simples en repetición y un drumkit de efectos minimalistas (es decir, una pareja de músicos dotados de gran sensibilidad para llegar a tus emociones con el mínimo de recursos), se ha convertido ahora en una experiencia de fraseos eléctricos con delay que quedan flotando en el tiempo y una batería suave dotada de múltiples modulaciones, con un mood jazzero y el hi-hat muy abierto, conjugando ritmos más acelerados con las infantiles palmas. Las líneas de guitarra más duras ejercen un dinámico contraste junto a los arpegios más cristalinos y lánguidos, y las frases de flauta junto a las frases harmónicas dan una calidez orgánica al conjunto. Un bajo que satura con distorsión y mesura desde el fondo marca los momentos más eléctricos de este disco. Y la exquisita voz de Julia, con su acento raspado y de tonos menores, conduce con alegría esta travesía de sonidos. Desde el prólogo hasta sus límites más epifánicos, el disco está marcado por su talentosa entrega, donde su marca sigue siendo la contención de rasgos sensuales y finos.

Tal como fue grabado este disco, en distintas locaciones de Hamburgo, Berlín y Suecia, acompañado por los atardeceres que brindaban los distintos horizontes, este álbum debe ser escuchado con el tiempo suficiente, dejando que sus canciones te ganen y dominen con sus múltiples travesías. Un disco entrañable. Un secreto romance muy bien guardado.