En enero de 2007 y con la excusa de mostrar su primer álbum como solista –el recomendable These beautiful ghosts– Mark Gardener se presentó en Argentina y Chile acompañado de un par de guitarras y varios pedales de efectos. Para su show en Buenos Aires, Iguana Lovers fue la banda que amenizó la previa y acompaño al ex líder de Ride en un cierre a toda descarga eléctrica, oficiando de backing band para rendir tres conmovedores momentos del catalogo Ride: “Dreams burn down???, “Taste??? y “Leave them all behind???. Si uno cerraba los ojos, no costaba sentir que –aún con bastante atraso– la banda de Oxford se había acordado por fin de todas las huestes sónicas que en los primeros años de los ‘90 le prendieron velas.

En aquel momento, Iguana Lovers parecía la elección adecuada para acompañar a Gardener en su show. ¿Cabía preguntarse cuales serían sus pasos subsiguientes, luego del que imaginamos un punto alto en su carrera? La respuesta llega con Esencial, un disco que los confirma como una bienvenida anomalía dentro del panorama actual de grupos argentinos. Sucede que con las sospechosas reuniones de bandas como Jesus and Mary Chain y My Bloody Valentine y la proliferación de cultores de aquel shoegaze de principios de los ‘90, la crítica había comenzado a mirar de reojo el revival de un estilo que, por otra parte, ni en su origen contó con sus favores. Ni tanto ni tan poco. Lo cierto es que vistas hoy, aquellas bandas tienen en su mayoría estatus de leyendas y algunas agrupaciones actuales como Radio Dept., Serena Maneesh y –¿por qué no?- el último Wire han recogido el guante con dignidad. Tomando elementos de aquella corriente y cruzándolos con algunas pinceladas electrónicas sobre bases machacantes y grooveras, Iguana Lovers dispara conexiones hacia esos reverberantes y movedizos años, inscribiéndose en un contexto local que actualmente resulta poco fértil en propuestas de este tipo.

A lo largo de diez composiciones expansivas, la banda despliega notables introducciones atmosféricas, guitarras chirriantes y candentes y todo tipo de efectos sobre una base que combina con habilidad el pulso machacante de una batería con cuidadas y efervescentes programaciones. El efecto general conseguido no está muy lejos de aquel que lograra New Order en un álbum como Low life; claro que incorporando luego todas las enseñanzas que el Loveless y el Whirlpool de Chapterhouse nos dejaron. En esas coordenadas se inscribe “Funeral/Cristales???, la envolvente introducción del disco, toda una puesta en abismo de las intenciones de la banda. Le sigue “Creí???, que a partir de un sutil motivo de synth, despliega un sonido oceánico que evoca las oscuridades de una banda olvidada como Campag Velocet. En otra órbita se ubica el lánguido “Tonto???, un interesante pasaje de blues-dub. El cierre llega con altos niveles de densidad y distorsión: el instrumental, húmedo y retorcido “Ha sido???, que funciona como un corolario apropiado a cierto tono apocalíptico que atraviesa el disco.

Con bandas que definen su estilo y planean trayectorias enteras a partir de un año de utilización intensiva de soulseek, resultan meritorios los esfuerzos de estos trabajadores del under porteño; un grupo de chicos provenientes de una época en que el acceso a información era un tanto más complicado y en la que, aún así, escuchaban los discos correctos. Esencial puede no estar precedido de un hype desmedido, pero sabe recompensar con creces esa falta de expectativas. Después de todo, nunca viene mal remontarse a una época en que Juana La Loca –en su disco Electronauta– Martes Menta y Los Brujos musicalizaban la escena. Es que, en ciertas ocasiones, la nostalgia también puede ser un buen ejercicio.