El duodécimo trabajo de Joe Henry, y cuarta entrega para Anti, continúa el camino trazado por Blood from stars (2009). Desafiando términos y adjetivos, el productor/compositor abraza las raíces de la música americana hasta forjar algo tan personal, que no queda más que tildar esto como “canción de autor”. Un término mezquino para un disco que se mueve con una soltura sorprendente entre estilos clásicos y que evoca, en cada una de sus canciones, el espíritu libre del jazz y el folclor americano.

Cada vez más lejos del country-rock con el que brillara a principios de los noventas, Henry, entierra el pasado sólo para exhumar el cadáver y, desde los restos, abrir nuevos caminos en composiciones que rescatan y elevan la tradición hasta fundirla con el presente. Con su presente. Ese que lo invita a grabar el álbum como una gran sesión en directo, donde todo el mundo está invitado y el ruido del mundo se cuela entre los cortes de manera tan natural, que se convierte en otro matiz para un disco apasionado, impresionista y agresivo a pesar de su tono acústico y desnudo. T-Bone Burnett y Miles Davis alimentando el mito campesino de forma austera y autónoma.

Jay Bellerose en batería, Keefus Ciancia y Patrick Warren en piano y teclados y David Piltch en bajo (con apariciones de Marc Ribot y Lisa Hannigan) ayudan, nuevamente, a complementar la guitarra y la voz de Henry en catorce cortes que derrochan nostalgia. Henry, se rinde ante el paso del tiempo y los recuerdos, ante lo hecho y lo que queda por hacer y ante los que están y los que se han ido.

El saludo a Vic Chesnutt en “Room at Arles”, el sentido comienzo con “Heaven’s escape” y “Odetta” y la impenetrable tristeza de “Dark tears”, son sólo ejemplos de lo que este trabajo alcanza. Reverie, guarda el misterio que esconden sólo las grandes obras, esas que son imposibles de describir o simplificar en unos cuantos párrafos.

Con su instrumentación orgánica y su poesía rítmica, este disco es claramente otra cima en la discografía de uno de los músicos más trascendentes de los últimos treinta años. Esto es de verdad.

Joe Henry – Odetta by antirecords