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Nos gusta bailar porque se pasa bien. Punto. Desde el arcaico paso pie-con-pie de las fiestas de colegio hasta llegar a los brazos moviéndose como robot y las guitarras aéreas de rodillas con la bola disco sobre la cabeza. Piruetas que no tienen nada que ver las dudosas declaraciones del tipo “rodeado de gente, entre los beats me siento tan solo???; esto no es más que el simple y alcoholizado divertimento de la pista de baile que busca terminar la cerveza e inventar un nuevo salto doble con los amigos. Entonces, ¿porque desde el 2001 a la fecha se ha instalando un recurrente asombro cuando una banda de guitarras se le ocurre hacer bailar a su audiencia?

¿Es algo acaso tan novedoso? Por supuesto que no; ya lo hicieron hace casi 30 años las bandas post-punk. Por eso no deja de parecer curioso que la NME cada cierto tiempo saque un caballito de batalla para recordarle a quien todavía no se da por enterado que guitarras + baile = diversión. Después de Franz Ferdinand, Bloc Party y Artic Monkeys, los elegidos para la temporada 2007 son Klaxons. Ingleses, estudiantes de arte con buena pinta y rodeados de colores neón, a finales del 2006 se instalaron como the next big thing en las carteleras inglesas, ayudados por la ocurrencia de autodenominar su estilo de música como “new rave???. Como incendio intencional, prendió con voracidad y si Klaxons sólo se refería a lo que quería evocar -pasarlo bien- se convirtió para el resto en “una nueva escena??? de la que NME tan bien ha profitado llevándolos con CSS y Shitdisco en un “Indie Rave Tour??? el año pasado y comienzos de este.

Parte de su debut Myths of the Near Future debe entenderse dentro de la tradición de bandas brit pop con guitarras: canciones certeras que animan cualquier velada, esta vez con un maquillaje novedoso de bocinas y gritos de “dj!??? para que lo de rave tenga algún sentido. Destinados a colarse en las radios con las estupendas ‘Golden skans’ o ‘As above, as below’ con su mezcla impetuosa de riffs punkies, teclados explosivos y excelentes melodías vocales, Klaxons provoca esa suerte de ansiedad que cubre a los productos que se enarbolan como exponentes de algo nuevo: afuera hay algo pasando aquí y ahora. Súmesele las referencias literarias, la elaborada propuesta visual de sus videos y las temáticas espaciales de rigor como en la atolondrada ‘Atlantis to Interzone’ y tenemos un producto ganador. Al menos para la NME. El problema está que como cualquier fiesta, Myths of the Near Future termina por aburrir. De las once canciones del disco, la mitad cae en la categoría de relleno y hacia final del disco los pasos de baile se vuelven pesados y monótonos. ‘Forgotten works’ vuelve otra vez con las dobles voces y los coros que van en descenso sin impulso y ‘It’s not over yet’ es una balada ácida no termina nunca de armarse. Todo para cerrar el disco con ‘Four horsemen of 2012’ su canción más conceptual entre toses, arrebatos punks y un hidden track totalmente innecesario. Lo que deja con la sensación de entre tanta taquilla fluorescente hay tres tipos entusiastas que debieron tomarse más de tiempo para sacar su disco y menos en escuchar las adulaciones de la NME. Hacer bailar no cuesta tanto.