super1101.jpg

Devonte Hynes, el hombre tras Lightspeed Champion, tejano con un pasado por la banda experimental Test Icicle, es un artista. O al menos un músico-artista, con un blog testimonial donde están sus dibujos, fotos y divagaciones varias, lo que ubica este disco en el contexto de autor y no sólo de un divertimento de alguien dotado para la música. Este hombre tiene una visión, y en Falling off the lavender bridge vemos que su apuesta va por el pop intervenido. El disco es tanto una mezcla cálida de orquestaciones a lo Bright Eyes (Devonte es amigo y colaborador del vegano Oberst y a ambos los produjo el mismo Mike Mogis), junto con quiebres medio progresivos entre cuerdas y slides (como lo hicieron The Decemberists o The New Pornographers), a lo que se suma una narrativa soez y camorrera. Tan raro como suena.

El disco completo funciona a nivel musical. Es pop del bueno, ese revisitado muchas veces pero efectivo en sus quiebres. “Midnight Surprise???, la canción central del disco -que le da el tono y el peso- hasta los cinco minutos es sencilla, donde Hynes pide que “la galaxia se lo lleve.??? En algún momento se empieza a diluir, con la bonita voz de Emmy The Great pidiéndole a alguien que despierte, y allí empieza una suerte de crescendo medio progre donde Haynes se deja ir, acompañado de un coro canta conmigo de esos capaces de erizar el pelo, y da paso a una guitarra eléctrica furiosa para cerrar en los diez minutos. Talentoso.

Lamentablemente, después de varias escuchas empiezan a sobresalir las letras y la variable talento empieza a peligrar. En la misma “Midnight Surprise??? Haynes -antes que pida que se lo lleve la galaxia- quiere que le corcheteen los ojos y en un momento dice “Supongo, que al final/ mi corazón no es tan puro como antes/ la comida de mi refrigerador se echó a perder/ arderé en el sol/ y me estoy muriendo sólo por hueviar??? Lo que no hace ningún sentido como extracto ni tampoco en la canción completa y provoca que una quede con un interrogante que se repite: ¿es esto una tomadura de pelo o la muestra de una narrativa cruda y cotidiana?

En “Number One??? narra un escarceo amoroso sólo para rematar confesando que al besarla vomita en la boca de la otra persona, y en “Salty Water??? canta entre ecos que desea que todos mueran ahogados, y para eso espera en un sueño recurrente a que suba la marea, lo que al menos suena extraño y no muy poético, sino más bien que rabioso, confuso y abiertamente provocador. Todo esto deja a Falling off the lavender bridge en un terreno muy ambivalente. Musicalmente tiene chispazos muy buenos, pero no para soportar este tipo de narrativa, lo que hace que la música suene como una excusa irónica para la pachorra de Haynes. Claramente las letras no nos auguran un nuevo Smog o Destroyer. Porque, por favor, que Haynes cante que está enfermo de la guata (“Dry lips???) y que tiene un nuevo capítulo de The OC para que vaya verlo la polola (“Everyone I know is listening to crunk???), simplemente no le interesa a nadie más que a él.