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Con seguridad, Los Campesinos! se alzarían con el primer premio de un hipotético concurso de bandas con el nombre más curioso de 2008. Es que, probablemente, ahí estarán a la hora del recuento de bandas de este año. Pero no por su nombre -eso es anecdótico–, sino por haber iluminado uno de los discos más poderosos, adrenalínicos y contagiosos (ese signo de exclamación en el título no es casual); uno que evita apropiadamente ese páramo fordista en que se ha transformado últimamente la música proveniente del Reino Unido.

Esta banda de Gales gira en torno al núcleo en combustión que constituyen Gareth y Alexandra Campesinos! y sus interplays vocales en los que cada cual alterna las líneas más ingeniosas. Se nota que son una banda leída y que escucha las bandas correctas. Eso se preocupan de dejarlo claro en sus letras juguetonas. Para hablar de la música urgente que las sustenta, primero deberíamos olvidar esos hypes hiperbólicos de la NME. Luego, deberíamos concentrarnos en algunas bandas canadienses de Montreal: Wolf Parade y Arcade Fire, principalmente. Pero en el caso de Hold on now, youngster…, bajemos el nivel de épica para quedarnos con esos estribillos arengadores coreados en grupo; restemos los flirteos con Bruce Springsteen y sumemos una alta dosis de twee pop (nunca más evidente que en esos ligeros intercambios chico/chica), algo de 53rd and 3rd Records y K Records y rematemos todo con la dulzura desarmada de los primeros discos de los Pastels.

El resultado es un disco que no da tregua, que apila riffs infecciosos, glockenspiels descontrolados y el violín más simpático del que tenga memoria. Si bien hay que reconocer que no hacen nada nuevo y que su música dispara links a algún clásico emotivo como “Teenage riot??? –como sucede en “You! Me! Dancing!???– hay que decir que lo hacen con un desparpajo y gracia que no nos deja otra alternativa que perdonarlos de inmediato. De última, Yo La Tengo ya lo había hecho en “Cherry chapstick??? y no nos habíamos puesto tan quisquillosos.

Se hace difícil destacar un tema por sobre otro. Estamos ante un disco-bloque que funciona por acumulación, golpe a golpe. Los temas que se articulan a lo largo de ellos van desde la confección de listas con un top-five de resoluciones para encarar un nuevo año (“My year in lists???) hasta el desengaño de un amor no correspondido, tal como se expresa en esa enorme canción de marcha y contramarcha que es “Knee deep at ATP???, que dice “And when our eyes meet, all that I can read, is ‘you’re the b-side’”. Sólo que, si los lados B son como los de este disco, el protagonista de esta canción se puede quedar tranquilo. Como con los Beatles o los Smiths o con aquellos 7??? de la Motown, lo de lado B es sólo una cuestión de orden: únicamente se trata de dar vuelta el disco para descubrir otra canción gloriosa.