Aparecido en marzo de 2001.

Desde su debut a fines de los ’90, los californianos MC Schmidt y Drew Daniel se han dedicado a acercar las fronteras entre electrónica y música concreta, incorporando toda clase de micro sonidos a una interesante mezcla que llamó la atención tanto de los fans de Autechre como de los seguidores del nuevo rock experimental de la década pasada.

La búsqueda sonora iniciada con Matmos (Vague Terrain, 1997), que corrió el riesgo de entramparse prematuramente en Quasi-Objects (Vague Terrain, 1998) se emparentó con la escena post-rock en The West (Vague Terrain, 1999) y propició colaboraciones con gente como Jay Lesser y Rachel’s, logró avanzar en la dirección correcta hasta que todas sus intenciones cristalizaron a la perfección en A Chance To Cut Is A Chance To Cure.

Drew Daniel, hijo de médicos al igual que su colega Schmidt, cuenta que la génesis de este disco surgió tras una conversación con su madrastra, según comentó hace unos años a la revista española Rockdelux: “Una vez, en unas prácticas, tuvo que seccionar un nervio óptico, y al parecer aquello hizo un sonido así como ‘boing’, muy cartoon, muy estúpido. La idea de ruidos cómicos en un contexto hostil me intrigó, y así se formó la idea central de este disco.”

De esa manera, premunidos de samplers y las autorizaciones necesarias para ingresar a los quirófanos, el dúo se dedicó a registrar sonidos de diferentes intervenciones y procesos, dando forma a un sólido álbum que escapa de la anécdota que podría suponer un trabajo de este tipo. Aunando accesibilidad y experimentación sin que ésta última se vaya de las manos, A Chance To Cut… muestra de paso una extraordinaria capacidad para retorcer los agrestes sonidos fuente, convirtiéndolos en pulsos, líneas melódicas y ritmos que borran cualquier atisbo de duda.

Mientras corren los minutos del álbum, aparecen las fuentes sonoras, descritas en detalle en el libreto del CD: una lipoaspiración en la inicial “Lipostudio…and so on” –donde podemos escuchar claramente como la grasa es succionada del cuerpo de un paciente-, sesiones de fonoaudiología en “Spondee” o el macabro juego de percusión con un cráneo humano y la columna vertebral de una cabra en “Memento mori”. También el homenaje a su hámster muerto en la lúgubre “For Felix (and all the rats”, hasta llegar a la –literalmente- taladrante “California rhinoplasty”, encargada de cerrar un trabajo que otorgó carta de madurez definitiva a sus creadores, quienes continuarían sorprendiendo al ir en direcciones cada vez más insospechadas en sus próximos trabajos.

MP3: Matmos – “Lipostudio…and so on”

VIDEO: Matmos- “Exciter lamp and the variable band” (extraído de su disco Supreme Balloon -2008-)
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