Dicen que un censo reciente arrojó el siguiente resultado: en el mundo existen aproximadamente 234.527 cantautores tristes dotados de una guitarra que tienen una infinidad de historias igualmente tristes para contar.
Cuando se trata de enumerar a los que cantan a una mujer perdida, el número de músicos sube notablemente: 1.322.220 es la cifra.

¿Qué hace que Micah Paul Hinson sea uno menos? El hombre tiene talento. Por montones. Y ha sido favorecido con diversos regalos del cielo: una voz bella y extraña que al verlo cantar parece no venir de él y de su cara de adolescente medio nerd. Y la capacidad de lograr que sus melodías torturadas sean tremendamente adictivas. Micah P Hinson & The Opera Circuit es prueba de ello.

En una entrevista reciente, Micah P Hinson trataba de ahondar en su nuevo disco con las siguientes palabras: “The Gospel Of Progress fue realizado a partir del dolor emocional, en cambio The Opera Circuit ha sido creado desde el dolor físico???. Esto a raíz de un accidente hogareño y de los severos dolores musculares que ha experimentado desde que ocurrió el hecho.

Desconozco cuanto ayude esta frase a entender el disco. Con oídos reacios al entendimiento y más proclives al sentimiento podemos decir que hay once nuevos motivos para felicitar al hombre, para darle algunos palmotazos en el hombro y decirle: “notable, realmente notable???.

Más variado que su antecesor, The Opera Circuit tiene incluso pequeños coqueteos con el country soul que hace Lambchop. Pero el mayor porcentaje se lo llevan esas canciones malditamente tristes que nos hicieron confiar en Micah para sonorizar tardes abatidas y mañanas ingratas.

Otro censo realizado hace pocos días atrás arrojó cifras reveladoras. En esos lugares que nadie conoce, en los que llega el sol, en los que no llega, en los que tienen árboles, en los desiertos, en las ciudades…en todo el mundo existe sólo un Micah P. Hinson