Por más de 30 años, las tomas maestras del tributo al campeón mundial de los pesos pesados Jack Johnson incluidas en el septuagésimo nono álbum del trompetista Miles Davis, sorprendieron por la explosividad de las improvisaciones colectivas, por el viraje que experimentaron los músicos de jazz y por la profunda acción de Davis sobre un naciente jazz rock. El disco A tribute to Jack Johnson, fechado en 1970, marcó el definitivo paso de Davis hacia la era eléctrica, engendro cuya responsabilidad, por cierto, recae en este furioso trompetista.

Pues bien, si las tomas finales del set original (‘Right off’ y ‘Yesternow’, piezas que entre ambas completan 52 minutos de solos modernos) removieron los últimos escombros del jazz acústico de la época, los cinco volúmenes de esta reciente reedición entregan por fin las señales del abrupto camino por el que debió transitar en el estudio hasta la gestación de tamaña obra maestra. The complete Jack Johnson sessions , una reverencia de Davis al campeón despojado de su corona en 1915 en extrañas circunstancias, es al mismo tiempo una colección jazzística magnífica. Aunque la instrumentación pertenezca al rock, los desarrollos y los solos nos confirman que en el jazz, como no ocurre con otros géneros, cada pieza será distinta de la siguiente.

Por eso las seis versiones de ‘Willie Nelson’ son, en efecto, seis temáticas distintas bajo un mismo llamado. Los mismo ocurre con las cinco tomas de ‘Go ahead John’ y otras cinco de ‘Right off’, como también a través de las inéditas experiencias de ‘Duran’ (en honor de Mano de Piedra) y de ‘Sugar Ray’ (Robinson). Todos estos solos representan material nuevo que para los jazzers resulta urgente escuchar.

Producido por el estúpido y talentosísimo Teo Macero, estas sesiones completas presentan un personal que hacia 1969 ya estaba saliendo del post bop para reubicarse en el jazz rock de Davis. Muchos de ellos vienen de la banda operativa que había grabado Bitches brew ese mismo año: Bennie Maupin (clarinete bajo), Wayne Shorter (saxo soprano), Jack DeJohnette (batería), Herbie Hancock, Chick Corea y Keith Jarrett (pianos eléctricos). Además de hombres olvidados como Ron Carter (contrabajo), Hermeto Pascoal (trastos) y el guitarrista avant-garde Sonny Sharrock, quien durante estas tres décadas fue omitido inexplicablemente de los créditos y hoy se hace justicia.