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Monade parte como el proyecto solista de Laetitia Sadier, la reconocible voz de Stereolab, doce años atrás con un split single junto a David Pajo de Slint. En Monstre Cosmic, lo que había empezado como música compuesta y grabada en el dormitorio muta en un grupo a tiempo completo. El tercer disco de Sadier refleja una madurez y una frescura que lo hacen superar con creces los últimos álbumes del laboratorio estéreo.

La cantante parece haber superado el tedio y el desgaste de sus años de carrera junto a su ex esposo Tim Gane (guitarrista de Stereolab) en Londres. Ahora radicada en su Francia natal, en Bordeaux, Laetitia Sadier recupera la soltura y el entusiasmo de sus mejores tiempos y revive la magnificencia del Emperor Tomato Ketchup (1996, Elektra).

Monstre Cosmic es una mezcla de pop sofisticado con inspiración en el jazz, que puede ir hasta ritmos quebrados o sacar ideas del hip hop. El disco se centra en estos elementos, con una composición instrumental muy fluida y elaborada, y en la exploración de sí mismo como temática, reflejando en temas como “Étoile” y “Regarde” las maravillas y bajezas del ser. El nombre Monade proviene de un estado pueril de la psyche, anterior al ego y a la socialización, y es con esta perspectiva que Sadier se enfrenta constantemente a los consensos asumidos y a la moral.

El álbum cuenta con orquestaciones brillantes cortesía del Conservatoire de Bordeaux, las que se aprecian en canciones como “Lost Language” y “Invitation”. En ellas, y como idea premeditada, la compositora busca que las melodías se repitan pero siempre desde un punto de vista distinto, a la imagen de un río en el cual uno se baña pero en el que el agua es siempre otra. Ello lo logra con bastantes quiebres y un manejo envidiable y experimentado de la tensión en los temas (algo que definitivamente Stereolab había ido perdiendo con el tiempo).

El mid-tempo hipnótico y misterioso (amén de acordes jazzeros) de “Elle Topo” se alterna con la ensoñación pausada de “Messe Joyeuse”, y el trance por inducción lenta de “Tout en tout est un”, con guiños al bossa nova y a Sun Ra. Con todo, Monstre Cosmic es un disco muy trabajado, que revela sus encantos con gracia y simpatía, uniendo elementos clásicos de una manera enriquecedora y nueva.