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Si hay algo claro en el mexicano Fernando Corona, mejor conocido como Murcof, es la forma de construir ambientes tan claros, precisos y llenos de sutiles pinceladas que le han hecho tener el prestigio de ser uno de los mejores productores de música electrónica ambiental en la actualidad.

Esa es línea delgada y fina en la que se mueve Corona; los fascinantes experimentos entre los beats minimal y prodigiosas texturas ambientales, sin caer en un juego sesudo ni mucho menos en un ejercicio aburrido. A pesar de que en esta nueva placa, Cosmos, se sigue imponiendo con algo que ha marcado su corta y a la vez llamativa carrera: calidez.

Murcof no es la máquina fría y aburrida que hace temas que terminan por hostigar; Corona incorpora esa fibra melodramática, melancólica, evocativa o como se quiera llamar, en la que los ambientes y sonidos terminan por acurrucar, para llevarnos a un estado de tranquilidad total. Podríamos afirmar también que es mucho más experimental y abstracto en relación a sus anteriores trabajos. Pero es experimentación sin abuso, respetuosa de una identidad.

La espectral ‘Cuerpo celeste’ muestra trazos electrónicos que vagan por los oídos y que paulatinamente terminan en una explosión sonora, donde las texturas se ensucian y el ambiente se fractura. Con ‘Cielo’ la calma de un principio se pierde y se trasforma en algo mucho más sintético, donde Corona despliega toda la gama de elementos intrigantes, con capas sonoras efectivas y donde, con un poco más de riesgo, logra hipnotizar totalmente.

Los tracks ‘I’ y ‘II’ se construye a través de pulsos gélidos y de drones matemáticos que crean capas difusas, ruidosas, difíciles de digerir. ‘Cometa’ vuelve al Murcof que conocemos, donde el poder seductor y la congoja de ritmos consiguen aliviar los paisajes confusos que dibuja por momentos. Por último, ‘Oort’, una canción de trece minutos es una suerte de resumen y cruza todas las fronteras melódicas por las cuales este mexicano es capaz de moverse.

En fin, Cosmos es un álbum en el que el azteca ha sido capaz de trasladarse a otros estados de ánimo, tal como lo ha hecho en su propia vida; después del éxito repentino de su anterior producción Remembranza (Leaf, 2005), se mudó de su Tijuana natal a la ciudad de Barcelona, encontrando el reconocimiento de varios medios musicales especializados de Europa y otras latitudes. Puede que esta serie de hechos haya definido la estructura musical y la madurez estilística que ha estado buscando y que, al parecer, por fin encontró.