pram.jpg

Desde hace cuatro largos años que la agrupación británica Pram no aparecía en el infinito universo musical con algo nuevo que mostrar a nuestros oídos. Tras este largo paréntesis que comenzó justo luego del lanzamiento de Dark Island (2003), quien vino a romper el silencio es The Moving Frontier y, curiosamente, la manera de hacerlo fue incorporando bastantes pasajes que resaltan por su mutismo. En efecto, la suave y aguda voz de Rosie Cuckston, que de alguna manera define a la banda en términos de sonoridad y textura, en este disco está bastante ausente. Acá, los temas instrumentales predominan de manera abrumadora, abriendo el disco, cerrándolo y apoderándose de él. De hecho, los seis últimos tracks – ‘Metaluna’, ‘Beluga’, ‘Blind Tiger’, ‘Marianna Deep’, ‘Compass Rose’ y ‘The Silk Road’ – son instrumentales. Esto no tendría por qué ser necesariamente algo malo, pero en este caso vuelve al álbum un tanto plano por su homogeneidad. En estos espacios se proponen imágenes sonoras más bien oscuras, muy en contraposición a la luminosidad de los alegres pasajes de The Museum Of Imaginary Animals (2000).

En todos los temas donde se prescinde de la voz, Pram se sigue apoyando en el resto de sus elementos característicos: la realización de un sonido de base hipnótico, minimalista por momentos, donde la textura está conformada por la superposición de capas, donde los arreglos orquestales se juntan con la electrónica. Dentro de los temas instrumentales que hacen una mezcla de sonidos más jazzisticos con la electrónica de siempre, destaca ‘Iske’ y ‘Blind tiger’.

Por otra parte, ‘Salt & sand’ es, dentro de las pocas canciones que incorporan la característica voz de Rosie Cuckston, uno de los mayores aciertos del disco. La idea del viaje se va imponiendo poco a poco, mientras un sonido de marea envuelve la hipnótica composición y Cuckston canta “While the cloud shadow pass overhead / this warm rocks makes a pillow for us now / a mattress of sand, the tide is low???.

‘Salva? sorprende líricamente por la temática tan de autoayuda mezclada con la típica incoherencia de las letras de Pram: “Are you afraid of sugar, scared of salt? / I am not afraid of the future / It’s a place where we can learn to do / new things and put right our mistakes???.

Si bien Pram tienen el mérito de haber sido capaces de crear un sonido único, The Moving Frontier no es en términos generales un disco muy logrado. En él las cosas transcurren lento y la capacidad propositiva ha quedado de lado por la predominancia de una homogeneidad musical. Aún poniendo todos sus recursos en esta producción –tanto de arreglos y formas características de composición como vocales- el disco sigue dándose vueltas en lo mismo, sin llegar a sorprender ni proponer algo realmente nuevo.