Probablemente tuvo bastante que ver su puesta en vivo del célebre e icónico Screamadelica (Creation, 1991)  –que los trajo hasta Chile– lo que los fue motivando a ir gestando este ya décimo disco. Después del refrito de sus dos últimos trabajos, pasados a rock más comercial e intentos en forzar la fiesta, Gillespie y sus partners nos presentan lisa y llanamente su mejor obra desde esa otra mole que fue XTRMNTR (Creation, 2000).

Personalmente ya empezaba a restarles créditos, pero ahora reavivan bríos y se mandan una jugada con clase para cautivar a sus adeptos nuevamente. Y si en Screamadelica el dub se mezclaba con gospel, rock y electrónica, aquí pareciese ser una continuación de eso pero con un ingrediente de recambio, un toque de sonido glam rock que se avisa de un comienzo con ese tipo de saxos tan comunes en el Elton John, David Bowie o Roxy Music de aquella época.

Con extensos nueve minutos para ser single, “13” es la puerta de entrada a este jolgorio, apostando por un rock con tintes arabescos. Además, nada menos que David Holmes es el encargado de la producción, lo que es un aval de que el listón es alto e invita a encaramarse pronto. Fuerza, actitud frontal y desenfreno es lo que exuda en buena parte de los quince temas que componen el disco, retomando la furia y el garbo de antaño (“Culturecide” suena cyberpunk, “Hit void” impresiona con vientos distorsionados y Kevin Shields en guitarras, o el final contundente con “City slang” ). También hay espacio para la pausa (la lánguida y psicodélica “River of Pain”, la india “Relativity”, y en parada más folk “Walking with the beast”), la sensualidad (“Goodbye Johnny”, “I want you”) y el bien amado blues que siempre asoma (“Elimination blues” con Robert Plant en apoyo de voz). Para ir cerrando, el gospel ondero de “It’s alright, it’s OK”, que viene a ser como “Movin’ on up” en este caso, en clara devoción a su estampa más recordada.

Parece que “la maldad” asoma nuevamente, como Gillespie lo insinúa en la portada haciendo cachitos, en una reivindicación de lo crudo y desatado que se echaba de menos. Los de Glasgow han elevado banderas de lucha nuevamente alto en el firmamento, casi más alto que el sol.

Vale mencionar que existe un segundo disco en edición especial, con seis temas y que incluye el remix de Andy Weatherall para “2013”. Recomendable por cierto.