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¿En qué se diferencian R.E.M. de U2? ¿En un nombre con algún misterio fundacional, pero con la suficiente universalidad para adornar las disquerías del mundo? ¿En un vocalista con delirios mesiánicos y una banda inmodificable detrás? ¿En un comienzo con ciertos aires indie para luego acceder al estrellato universal? Tres de tres. Lo lamento fans de Stipe, Mills y Buck, pero el crédito de Athens, Georgia se parece sospechosamente a los paladines de la justicia provenientes de Dublín. Pero, ¿se puede dormir tranquilo pensando que varios de los mejores discos que posees provienen de un doppelganger fortuito de Bono y cia? No, no se puede conciliar el sueño y, por eso, se escribe esta defensa corporativa del legado de R.E.M, a pesar de que acaben de sacar un nuevo compilado de viejos hits, con cara de regalo de navidad. A la par de ustedes saben quienes.

Probablemente estén preparando sus armas corto punzantes los fans de Beat Happening, Black Flag y Husker Du, pero el indie norteamericano como lo conocemos (y me siento bien) no sería el mismo sin R.E.M. Si no fuera porque un empleado de disquería muy fan de The Byrds llamado Peter Buck se juntó en 1981 a ensayar en una iglesia derruida con unos estudiantes locales, no hubiera existido el grupo ideal para generar los vínculos entre industria y rock universitario. Si no hubieran recorrido todos los tugurios posibles para tocar y no hubiesen ido a todas las radios college, probablemente Kurt Cobain hoy viviría tranquilo con sus dolores de estómago en casa. Si algún grupo debiese ser llamado fundacional, esos son R.E.M. y lo que presenta And I Feel Fine… , es el recorrido musical y visual por los años que generaron la leyenda. O sea, antes de su llegada a Warner, de sus fantásticos discos de la primera mitad de los 90s, y del comienzo de su parecido con unos muchachos irlandeses.

And i feel fine… recorre las principales canciones desde Murmur (IRS, 1983) hasta el bombazo comercial de Document (IRS, 1987), lo que implica volver a encontrarse con la mezcla de la guitarra Byrds con base post punk en ‘Radio free europe’, ‘Welcome to the occupation’ y ‘So.Central Rain’; con los primeros apuntes acústicos de ‘Perfect circle’ y atisbar los indicios del cambio en ‘Finest worksong’ y ‘Can’t get there from here’. Agregar a lo anterior 3 de las canciones fundamentales de los últimos 25 años llamadas ‘The one i love’, ‘Fall on me’ e ‘It’s the end of the world as we know it (and i’m feel fine)’, no es redundancia en lo absoluto. Quizás falta ‘Carnival of sorts’, la canción principal de su primer EP Chronic Town (IRS, 1982), pero el CD que se agrega como bonus permite conocer una vieja versión del single de 2003 ‘Bad day’, capturas en vivo de ‘Ages of you’ y ‘Swan swan H’ y demos de algunos clásicos de sus primeros discos. Además la posibilidad de ver algunos videos encantadoramente amateur en el DVD del mismo nombre, justifica este lanzamiento frente a anteriores recopilaciones como Eponymous (IRS, 1988) o The Very Best of R.E.M (IRS, 1991).

Señores viejitos pascueros: éste es el regalo ideal pensado por los diligentes señores de Capitol Records. And I Feel Fine… permite acercarse a la época en que Michael Stipe era dueño de un murmullo que hacía inentendible sus letras y casi no se presentaba en videos y carátulas de discos (siempre con ausencia de las líricas). Junto con ello, la remasterización hace que por fin se escuche todo lo grabado por la banda, sin que pierda ese entrañable sonido de subterráneo sin ventilación. Qué mejor que olvidar los tumbos de Around The Sun (Warner, 2004) y escuchar este disco, mientras cruzamos los dedos para su nuevo álbum anunciado para el 2007. ¿Y para cuándo la autobiografía?