El acto musical de Roll The Dice podría ser considerado un descaro. Este dúo sueco, compuesto por Peder Mannerfelt -involucrado en la producción del disco de Fever Ray- y Malcolm Pardon, ha creado un proyecto instrumental mitad compuesto, mitad improvisado (el azar representado en el nombre de la banda), que en su disco debut pareciese negar de raíz la existencia de toda la camada cósmica alemana de los setentas -particularmente Neu!, Harmonia y Cluster- para hacernos creer que nos traen la novedad de ese característico sonido etéreo y profundo, que maravilla por su serenidad espacial al mismo tiempo que por su locura psicodélica. Pero pese a que en teoría podría considerarse como un innecesario remake de todo un estilo, Roll The Dice no debe ser descartado por rendir tan notorio homenaje a tal fuerza artística, sino ser considerado por aportar musicalmente un correcto y accesible disco de ambient exploratorio.

En las siete piezas del disco predomina el uso de sintetizadores análogos, sonidos electrónicos y un piano (como único instrumento acústico), que agrega solemnidad y un leve toque académico al álbum, especialmente en “The new black”, “Into the ground” y “Undertow”, donde se sienten los fantasmas de Philip Glass y Max Richter, aunque sea sólo con simples patrones repetitivos. Por otra parte, hay una serie de vestigios de un house arrítmico y aletargado que se inmiscuye acertadamente entre las escasas capas de sonido. Estos elementos son los que, finalmente y por sinergia, constituyen ese sonido krautrock que evoca el disco, y que por precedente tuvo a la música clásica contemporánea y por consecuente a toda la escena electrónica hasta nuestros días. Roll The Dice es, por el momento, un digno repositorio de estos estilos e influencias y una apuesta a seguir dentro de la escena ambient actual.