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Pensado como una formula, el estilo y la sofisticación pueden funcionar como un valor en sí mismo para transformarse en la carta de presentación de un artista, siempre que estos elementos vayan acompañados de suficiente actitud y talento para conseguir una sinergia entre la obra y su autor. Todos estos componentes pueden parecer necesarios y obvios por sí solos, pero son pocas las veces en que logran coincidir, y cuando se produce esa mezcla de artista-estiloso-talentoso, parecen remecer el andar colectivo, provocando admiración en unos y sospechas entre quienes se entusiasman menos ante la posibilidad de esos espejismos publicitarios que abundan entre los artistas. Y precisamente eso es lo puede provocar Santi White con Santogold, su proyecto compartido con Jhonny Rodeo, y que en su debut Santogold da otra vuelta de tuerca al eclecticismo sonoro que acostumbran las bandas surgidas de Nueva York. Transformada en el rostro y símbolo de la juventud hipster, Santogold se mueve con la misma y asombrosa facilidad por estilos como el hip-hop, pop, dub, ragga o electrónica, todo sin siquiera dudarlo y convenciendo con una fórmula radial que, más que proponer, parece reinventarse de diferentes formas (o recrearse, en cualquiera de sus acepciones).

Nacida en Filadelfia (EE.UU), Santi White ha logrado miradas de asombro en los exigentes círculos artísticos-alternativos de Manhattan, en las galaxias del MySpace y entre los que están a la espera del surgimiento de nuevas estrellas del bajomundo con posibilidades de transformarse en la próxima novedad para mostrar a sus amigos. Cargando con el peso de esas expectativas, y con el de sus collares dorados (el nombre Santogold.viene del fanatismo de Santi White por el color del oro), avanzando sin complejos, sacudiendo su melena de león teñida rubia que contrasta con su piel negra; con el rostro cubierto por estrambóticos lentes y algún abrigo de leopardo, White mezcla de manera casi inescrupulosa su imponente presencia con sonidos y maneras diferentes que encajan entre ellos sin problema y que lejos de cansar, producen un encanto contagioso y explosivo. Canciones como “Lights out??? desenvuelven una faceta pop-rock agradable, reposada en arreglos sutiles y efectivos que se acomodan a su canto más quieto y coqueto; o en “Say aha???, quizás la mejor canción del disco, que escarba cuidadosamente los sonidos en que funcionaba la New Wave neoyorquina, una de esas canciones que parecen destinadas irremediablemente a ser un hit cuando provocan un frenesí de pista de baile. Su primer single “L.E.S Artist??? mantiene la intención,el ingenio y el eclecticismo que redondea el disco, acercándose esta vez, y sin preocupaciones, al indie pop incendiario y enfiestado. En temas como “Creator??? se hace notoria la participación de Diplo y Switch en la producción; y en “Unstoppable??? se evidencia la cercanía y el parecido vocal con M.I.A, la inglesa de origen Tamil con quien, además de ser su comparación más obvia, son amigas, colaboradoras y compañeras de fiestas.

Santogold puede despertar suspicacias por la apresurada admiración que ha despertado en el limbo de artistas archisofisticados y coolhunters, síntoma que por lo general sugiere la idea de estar frente a un fenómeno hype en su momento previo, y en este sentido no deja de ser significativa su aparición en una publicidad para Converse junto a Julian Casablancas (The Strokes) y N.E.R.D, o que haya trabajado en “A&R??? (Artist and Repertories) como compositora de canciones para Ashlee Simpson, pero independiente de todo eso -y sin dar ningún juicio de valor al respecto-, es indudable que Santogold es un disco que por su carácter decidido, y su sonido de altas temperaturas, se despliega con enorme energía para provocar diversión.