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Un disco lleno de pasajes mágicos, susurros, voces y sonidos que construyen una atmósfera que recrea la apacibilidad de la naturaleza. Así es el debut del grupo islandés Seabear, que partió como el proyecto unipersonal de Sindri Mar Migfusson y ahora es un ensamble de siete personas (que se ha estado presentando como banda de soporte de Múm) y levantó este delicado movimiento de notable riqueza sonora.

Así se puede advertir en la notable ‘Hospital bed’, con piano, chasquidos, violines, suaves percusiones, cuerdas acústicas y acordeón, entre otros instrumentos. Ya más al comienzo en ‘Piano cat’ se pueden ver esas notas de cuento, casi infantiles que juegan para alcanzar una magia fantasmal que recorre el álbum de principio a fin. En ‘I sing I swim’ y ‘Summer bird diamond’, se pueden escuchar sonidos que emulan aves y ayudan a crear una atmósfera equilibrada llena de pequeñas sutilezas. Se nota que las melodías comienzan por la guitarra, así es por ejemplo en la menos adornada ‘Seashell’, pero luego que bien terminadas quedan, enriquecidas por una vocación pop (como es el caso del temazo ‘Libraries’).

Tal vez el único pecado de The Ghost That Carried Us Away es que hacia el final se vuelve un tanto reiterativo, en cuanto a su cadencia e intención, sin embargo sus doce canciones transmiten un sentimiento de paz interna, una belleza que merece ser escuchada con persistencia. Un excelente comienzo para otra promesa sonora venida de Islandia.