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A Sean Lennon se le presentan tres desafíos en esta “nueva etapa???. El primero, tiene que ver con la partida desde cero de su estirada pero corta carrera musical, reapareciendo en escena después de un largo silencio de ocho años; por otra parte, ponerse a las alturas de las exigencias que trae consigo venir de una familia de músicos (la palabra genio es poco) para comprobar si este talento es generacional – una vara que es casi imposible superar – y, por último, demostrar el porqué vale la pena escucharlo, sin caer en las similitudes ni el pretexto de la curiosidad para poder escuchar al compositor, al músico y no al hijo.

Durante esta larga espera, Sean se regocija en todas las experiencias personales por las cuales ha pasado: el amor, la amistad, el engaño, la desdicha y la muerte. Todo esto ha servido para que Friendly Fire se transforme en la puerta de salida por la cual quiere abandonar esta etapa. El perdón póstumo y la esperanza son lo que infecta a cada una de las 10 composiciones de este trabajo. Esta faceta de mostrar un lado íntimo y delicado se acerca a pasos agigantados a la melancolía pura, gancho que en ocasiones alcanza su cúspide máxima, pero que en otras se trasforma en una hostigosa melosidad.

Lennon demuestra que es un hombre sencillo por naturaleza. No recae en excentricidades ni tampoco trama bosquejos abstractos en sus letras o en su música, aunque es ese minimalismo digno de un pop de cámara el que lo contrae y encasilla en un solo punto, cayendo en las odiosas comparaciones. No existe atrevimiento ni novedad en todo este proceso. Se nota en demasía la enseñanza The Beatles, sirviéndose en bandeja de un pasado (o tradición) que lógicamente le cuesta poco trabajar y al cual parece incluso mimetizarse. Además, esta fórmula discursiva ya ha sido por varios años planteada, dando buenos resultados, pero que aquí terminan por dilatarse.

La frágil e intensa ‘Dead meat’, la purista, evocativa y hermosa ‘Parachutes’, la armoniosa ‘Tomorrow’, son algunos de los rescates que se pueden hacer de Friendly Fire. El resto de temas aunque intentan gestar con naturalidad y encanto cada momento, no logran cautivar con la intensidad que debiera proponerse, por eso la propuesta de novela tragicómica sobre la cual se mueve Sean carece de luminosidad y fuerza, durmiendo en una monotonía que rara vez logra llamar la atención.