Sebadoh – Bakesale (Subpop, 1994) Enrique Moragaenero 3, 2005Discos1 comentario Aparecido en septiembre de 1994. Entregado entonces a diferentes proyectos, Lou Barlow firmó su mejor entrega junto a su banda capital. Así, Bakesale, de Sebadoh es coherencia, madurez y, sobre todo, concordancia. Barlow, Jason Lowenstein y Bob Fay parecen de acuerdo en un disco que suena tan natural como vehemente. Perdiendo en parte la baja fidelidad de sus trabajos anteriores, logran superar el ya imprescindible Bubble and scrape (Sub Pop, 1993), con ensayos que siguen escarbando en la herida, donde los celos, la soledad y la confusión están a la orden del día, en un disco que recupera el instinto de su predecesor y que abriría camino al siguiente paso de la banda, el subvalorado Harmacy (1996). Este disco fue la cúspide de una banda insignia, y a más de diez años de su edición, el disco se ha convertido en historia. Una piedra angular dentro del circuito independiente. En Bakesale, el ruido se desvanecía, favoreciendo la tensión, recordando a R.E.M., Pixies y Joy Division. Barlow y Lowenstein están a la misma altura, se miran de frente y logran esculpir catorce pequeñas gemas, tan simples como demoledoras. El poderoso y magnético comienzo con ‘License to confuse’, sencillos incontestables del tamaño de ‘Skull’ o ‘Rebound’, la abrasiva ‘Careful’ o el lado más dramático en ‘Not a friend’ o ‘Together or alone’ completan un disco homogéneo, donde las fisuras entre ambos personajes parecen encontrar balance, y donde todo el ruido blanco es perfectamente moldeable. Los mejores discípulos de Bob Mould estaban en la cima. Este disco (con permiso del Slanted and enchanted de Pavement y del Bee thousand de Guided by Voices) debería ser recordado como el tejido que cubrió y definió a toda una generación de músicos que encontraron en casa (por necesidad o devoción), el mejor o el único medio para decir lo que tenían que decir. Bakesale es por derecho propio, uno de los mejores discos de la década pasada. Honestidad, sencillez y talento es todo lo que Sebadoh necesitó para entregar un disco mayor y absolutamente atemporal. *Todas las semanas revisaremos un clásico contemporáneo. Algo para hacer memoria reciente.