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Shellac involucra los delirios esquizoides de un productor obsesivo (¿genial?) y su grupo de amigos deconstruyendo canciones hasta la catarsis. Steve Albini no sólo es el espíritu en las sombras de Surfer Rosa (Pixies), Rid of Me (PJ Harvey) e In Utero (Nirvana), sino el guitarrista al límite de la psicosis de una banda que incluye a un sólido Bob Weston en el bajo y a un asombrosamente métrico Todd Trainer en la batería.

Excellent Italian Greyhound es el cuarto álbum de Shellac, y sigue a los intensos 1000 Hurts (2000), Terraform (1998) y At Action Park (1996) todos para el legendario sello de Chicago, Touch and Go. Éste último celebró sus 25 años en octubre pasado, e incluyó a Shellac en el afiche. Y un concierto de la banda no es asunto frecuente, ya que sólo se presentan en escogidos escenarios, como el festival All Tomorrow’s Parties, del cual fueron curadores.

Un disco del grupo de Albini y Weston, afamados sonidistas del circuito underground (Sebadoh, Shannon Wright, June of 44, Auteurs), tampoco es algo común. De repente aparece alguno, esperado con ansias por una legión de fans cautivados por el particular sonido del trío; crudo, directo y preciso. Cortante como cuchillo, con la exactitud que sólo los increíbles micrófonos soviéticos Lomo, de resolución analógica, pueden otorgar.

La banda autocataloga sus ediciones como “audiófilas” y prefiere editar en vinilos de 180 gramos antes que en un “vulgar” cd. “Este registro fue hecho para ser escuchado en elepé”, reza una nota en la tapa de At Action Park. Excellent Italian Greyhound no escapa a la norma y suena muy vívido, como estar dentro de la sala de ensayo de Albini y sus amigos.

De todas formas el mercado pudo más y este álbum está disponible en disco compacto, y hasta en unos refinados mp3 de 24 bits que la disquera, asegura, no operan en todos los reproductores (siempre tan complicados).

En lo musical, hay una postura radical, como siempre: Shellac está hecho para quien le quiera oír, sin concesiones. Desde canciones experimentales de nueve minutos (‘Genuine Lullabelle’) en las que el tiempo se desintegra, con collages de voces en otros idiomas y ruidismo concreto, hasta temas de dos minutos (‘Kittypants’ suena a Dianogah), el menú en este nuevo disco es variado sin perder el encanto de la característica firma del trío (‘Paco’, ‘Steady as she goes’).

El culto de Shellac a la electricidad se expresa en canciones como ‘Elephant’ y ‘Boycott’. El álbum se grabó en el estudio de Weston y Albini (autor de un libro sobre la noise guitar), Electrical Audio,el que ha albergado a Mogwai Low y Dirty Three, entre muchos otros. Los arranques de acordes angulares,cambios de ritmo y bajos contundentes son cortesía de la casa. Excelent Italian Greyhound es un producto de calidad, para quienes sepan apreciarlo.